Llegaron las elecciones y la gente votó, sí, pero el resultado ha provocado que muchos estén todavía asumiendo el cambio que parece vislumbrarse. No es fácil de explicar, por muy simple que pueda parecer.
Tal y como auguraban algunos, el PP iba a necesitar obtener mayorías absolutas para mantener el gobierno de numerosas CCAA; mayorías que el PP sí poseía y que, tras el liderazgo de Mariano Rajoy, ha perdido.
Ciertamente, la derrota del PP de Mariano Rajoy no es difícil de entender. Más difícil, eso sí, es explicar el destino de los votos perdidos por el Partido Popular. Sin embargo, es totalmente comprensible el hastío de la gente por una política distinta a la proyectada en su programa de gobierno y, sobretodo, por el goteo inagotable de presuntos casos de corrupción en los que están implicados destacados miembros del Partido Popular. Es decir, disociar entre los miembros del PP afectados y las siglas es ciertamente difícil.
Aun así, a puntito de perder las elecciones generales, aparece Floriano para reivindicar que han sido la fuerza más votada. Respuesta torera. Sr. Floriano, ¿podría decirme cuántos votos han perdido desde el año 2011? ¿Puede decirme cuántas autonomías van a perder? Si el PP no quiere seguir cayendo en picado, a mi entender, debería cambiar radicalmente a su cúpula directiva; poner una cara más joven para poder discutir en igualdad, sin un pasado político tan marcado, con rivales como Albert Rivera o Pablo Iglesias.
Pero, amigos, el dinamismo y el desapego a los asientos no es el elemento más característico de este Partido Popular y, en un primer momento, Mariano Rajoy afirmó que no preveía cambios en su gobierno. Claro, ¿para qué va a cambiar lo que funciona tan bien? Sin embargo, los barones del PP (no me gusta nada esa denominación, que conste) han entonado un claro mea culpa y han programado su salida para dentro de poco. Todos, por tanto, asumen su culpa. ¿Todos? No, claro que no. ¿Cómo iba todo el mundo a asumir su culpa?
Entrando en el nuevo panorama, me llama la atención quienes van a ser los protagonistas del “cambio”. PODEMOS, bajo las siglas que sea, no va a poder gobernar sino con el apoyo del PSOE y viceversa. ¿Creen Uds. que van a pactar? ¿Ahora el PSOE ya no es de la casta? ¿O es que el enemigo son “las políticas del partido popular” y no “la casta”? Quien quiera creerse que cambiar a Rubalcaba por Sánchez convierte al PSOE en un partido nuevo, pues vale. Yo, desde luego, no lo hago.
En todo caso, es la voluntad popular y, de corazón, espero que no defrauden a quienes han votado con ilusión y creyendo que las cosas pueden hacerse de otra manera.





