El chiringuito

«Las chicas en verano / No guisan ni cocinan / Se ponen como locas / Si prueban mi sardina / El chiringuito, el chiringuito». Georgie Dann es un poeta. Qué digo, un poeta, un trovador de la política. En nuestras islas todo el mundo quiere comerle la sardina al otro, montar su chiringuito. Como dice la canción: aquí ni se guisa ni se cocina, pero lo que es comer por la jeta… Nuestro Gobierno baila la conga y reparte sardinas. Damas y caballeros, el tema de la semana no puede ser otro más que: los chiringuitos. Y las iluminaciones, cómo no.

Vaya semana ha tenido Nel Martí, el jefe de Més per Menorca, está sembrao. Ya prometía cuando anunció aquello entre lo esotérico y la masturbación mental del «federalismo balear». En los últimos días ha hecho un alarde de creatividad que no tiene nada de ciencia, pero sí mucho de ficción y que conseguiría que a Asimov se le cayeran las patillas de la envidia. No sé si recordaré todo lo que ha dicho, así que me quedo con dos de sus maravillosas ocurrencias, dos brillantes ideas que deberían iluminar nuestras diminutas mentes de homínidos a medio evolucionar ante semejante intelecto. Vamos con ellas...

Chiringuito number one. La primera de Nel Martí pasa por dedicar «íntegramente» a usos sociales el Palacio de Marivent. Dicho en plata: echar a la puta calle a los reyes y que se vayan a veranear a Torremolinos. Coincido con Martí en la necesidad de habilitar espacios para usos sociales tales como residencias, centros de día... Lo que aquí sucede es que el político menorquín lo que quiere es joder al Borbón y su propuesta canta demasiado a republicanismo rancio. Oigan, que yo también soy republicano, pero si lo que queremos es una república al estilo del 31, de verdad, me quedo con la monarquía y espero que Dios le dé larga vida a Felipe VI y a su prole.

Chiringuito number two. Martí ha estado inspirado como para escribir de una sentada los Episodios Nacionales. Así, no contento con atizarle a los borbones, se ha puesto en modo palestino años 70 y miedo me da verlo cerca de un avión de Vueling. Propone que el Gobierno balear — o sea, nosotros con la pasta de los impuestos — ponga sobre la mesa 100.000 napos para montar una oficina que vigile las «agresiones contra los catalanoparlantes». La ha bautizado como Oficina de derechos lingüísticos, supongo que de los suyos porque los de los niños en las escuelas no cuentan. Mira que está chungo el mundo como para montar más chiringuitos...

Chiringuito number three. Para tinglados, los que propone podemos. Tiempo ha faltado cuando Biel Barceló ha anunciado que espera triplicar los ingresos de la ecotasa el próximo año hasta alcanzar los 120 millones de euros para que le salgan novias sedientas del maná turístico. El diputado Salvador Aguilera, de los morados ibicencos, ha propuesto la creación de un nuevo cuerpo de especialistas dedicado a vigilar los campos de posidonia y que se financiaría con el cinco por ciento de lo recaudado por la ecotasa. Nada, otro ejercito de subvencionados submarinos a la caza del milloneti que mete el barco donde no debe o los vigilantes de la playa en versión ecoló.

Chiringuito number four. El otro chiringuito podemita viene de lejos. El encargado de explicarlo todo ha sido Alberto Jarabo. Lo hizo tomándose unos vinos en la barra de un bar… Y lo pillaron. Esta semana habrán leído la noticia en Mallorcadiario. Jarabo sueña con una IB3 dedicada a la agitación y la propaganda, trufada de periodistas y cargos afines a la ideología, una «estructura política» capaz de rentabilizar la muerte de Alpha Pam. Cuando en el Parlamento dijo que IB3 estaba «secuestrada, violada y pervertida» —en referencia a la gestión del Partido Popular— tal vez quisiera explicar lo que le haría él al ente público y le traicionó el subconsciente. Por desgracia, se constata que los medios de comunicación siguen protagonizando los sueños húmedos de no pocos políticos.

Chiringuito number five. Este es mi favorito, me fascina. El dúo mallorquín de música tecno Jansky se ha pasado unos días por cuatro universidades de Alemania a gastos pagados para impartir talleres de música electrónica en catalán. La movida va de que a los estudiantes teutones se les enseñen los secretos de la «electroversia», una nueva disciplina musical originaria de Mallorca. Se les enseñan la «fonética y musicalidad de la lengua catalana y su potencial para lograr expresiones poéticas al combinarse con la música electrónica». La fiesta la pagan el Institut Ramon Llull y la Conselleria de Cultura del Gobierno balear. Bueno la paga usted con su trabajo, ¿o creía que las sardinas que se comen los de siembre las apoquinan ellos de su bolsillo? La cosa tiene guasa. ¿De verdad vamos a explicarles a los alemanes lo que es la música electrónica? ¡Que la inventaron ellos, joder! Imagino que decirle a Fanny Tur y a los de Cultura que se escuchen un par de discos de Kraftwerk es demasiado para quien se ha castigado los oídos durante años en los Acampallengua. Y lo de jugar con la sonoridad de las palabras… Muy nuevo no es, y en Alemania lo saben. ¿Acaso no han oído nunca la monumental R palatal de Till Lindemann, el vocalista de Rammstein? Lo próximo será enviar a uno de la OCB a Chernobyl para que les explique a los rusos los peligros de la radiación nuclear cuando se omite por error un pronom feble en una frase.

Son sólo cinco iluminaciones chiringuitísticas, las más recientes. No duden de que veremos —como ya estamos acostumbrados— muchas más. Llegará un momento en el que no habrá sardinas para todos.

No quiero concluir la columna sin felicitar a Carlos García Gual, filólogo paisano que se ha hecho con la silla J de la RAE. Es poco probable que lea el presente artículo, mas, si así fuera, le ruego tenga a bien ser indulgente con mis errores y disculpe los palabros y anglicismos utilizados.

A todo esto, esta semana también se han cumplido 35 años del disco más vendido de la historia, el Thriller de Michael Jackson. Me quito el sombrero ante Jacko, si bien yo soy más del rock lo cierto es que el tipo ha sido uno de los grandes. Y trabajó con ilustres roqueros como Steve Stevens, Slash o Eddie Van Halen y con genios como Quincy Jones. Daría para rato, pero esa es otra historia…

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