Lo que empezó como una idea en un aula del Col·legi Balmes de Palma ha acabado ganando un premio nacional en la X edición del Festival RetoTech de la Fundación Endesa. Su innovador proyecto, “La Sensocápsula”, ha sido reconocido en la gran final celebrada en Madrid como una de las tres mejores propuestas del país. La cápsula, pensada para favorecer la autoregulación emocional en personas con autismo y otras necesidades educativas especiales, ha demostrado que la tecnología puede —y debe— estar al servicio de la inclusión.
Durante el evento, celebrado este miércoles, los estudiantes han defendido su propuesta ante un jurado experto que ha valorado especialmente el componente humano del proyecto, su funcionalidad en contextos reales y el trabajo colectivo de docentes y alumnado. La cápsula ha sido acondicionada con aislamiento acústico, luces suaves, elementos sensoriales y dispositivos de meditación guiada. Todo, diseñado por los propios estudiantes, con materiales accesibles y objetivos muy claros: relajar, acompañar y permitir parar cuando el entorno resulta abrumador.
El proyecto ha nacido en el marco del festival RetoTech de Balears, celebrado el pasado 22 de mayo en Palma, donde ya se alzó con el primer premio en categoría de Primaria. Aquel reconocimiento le dio el pase directo a la gran final nacional en Madrid, donde ha compartido podio con otros dos centros: el CEIP Al-Yusanna de Lucena (Córdoba), premiado por un huerto escolar orientado a personas con enfermedades neurodegenerativas, y el IES Cervantes de Madrid, por una plataforma flotante para analizar la calidad del agua en espacios naturales.
PREMIO FUNDACIÓN ENDESA
En esta edición han participado más de 12.000 alumnos y profesores de 285 centros educativos de toda España, y solo 14 proyectos —los ganadores regionales— han llegado a la final. De esos 14, solo tres han recibido el Premio Fundación Endesa a nivel nacional.
La representante de la fundación, Ana Berengena, ha destacado que esta edición ha reafirmado “el compromiso con una educación innovadora y de calidad que impulse las vocaciones científicas y tecnológicas entre los jóvenes”. Y lo cierto es que propuestas como la del Col·legi Balmes demuestran que la tecnología no está reñida con la empatía ni con la pedagogía: puede ser una herramienta poderosa para crear entornos educativos más humanos.
Desde su lanzamiento en 2016, el programa RetoTech ha involucrado a más de 53.000 alumnos y 1.200 centros, posicionándose como una referencia nacional en educación tecnológica aplicada. Esta décima edición ha sido la más concurrida hasta la fecha, y ha mostrado un nivel técnico y creativo que confirma el talento que se está cultivando en las aulas.
La Sensocápsula, sin embargo, ha destacado no solo por lo que hace, sino por lo que representa: un espacio de calma ideado desde la escuela pública para cuidar a quienes más lo necesitan. En un momento en que la salud mental gana por fin presencia en la agenda educativa, el proyecto del Balmes no ha pasado desapercibido.