El mobbing es el crimen perfecto. El acoso laboral es uno de los peores estresores psicosociales que una persona puede padecer. Es la construcción de un espacio laboral inhóspito para la víctima. Es el método mas sofisticado para la aniquilación psicológica del adversario. Los métodos son diversos: cosificación, etiquetaje despersonalizador,señalamiento, rumuropatía, despelleje, invisibilidad, señalamiento continuo, alta expresividad crítica emocional, desacreditación continua, hostigamiento y “aliento en el cogote”. Todo vale. Lo más frecuente es de superior a inferior pero también se da de un grupo al superior o entre iguales. El acoso laboral tiene como objetivo la exclusión del diferente. Es una cacería sistemática y sistematizada.
Objetivo numero uno: la autoestima, el sistema inmunológico del psiquismo que nos proporciona resistencia, fortaleza y capacidad de recuperación. Objetivo numero dos: aumentar la toxicidad social. Como dice el psicoanalista Luis Horstein, en un magnifico libro: la autoestima desempeña la función de termostato emocional modulando el impacto de las emociones negativas, evitando que se extiendan al resto de la vida. Se manifiesta a través de las emociones, de los pensamientos y la acción: influye en nuestras relaciones sociales y proyectos.
Se nutre también de los signos de reconocimiento social: así como por nuestros logros y acciones consideradas exitosas. También de nuestros vínculos y proyectos. La autoestima facilita la acción, que a su vez alienta, modela y construye la autoestima. Si no creemos en nosotros mismos, en nuestra eficacia, ni en nuestra capacidad de ser amados, el mundo es un lugar aterrador. Nuestra autoestima depende de múltiples espejos aunque también existe un espejo interior pero no es “objetivo” y está enturbiado por la mirada de los demás. ¿Estoy trabajando bien? ¿Soy íntegro en mi vida? ¿Aporto algo a la sociedad? ¿Mi vida es acorde a mi ética?.
La autoestima es sentirnos competentes para enfrentarnos a los desafíos y creernos merecedores de recompensa. Contiene varios aspectos: confianza en nuestra capacidad de pensar, aprender, elegir y tomar decisiones adecuadas y convicción en nuestro derecho a ser reconocidos por los demás y por nosotros mismos. Lo perturbador no es recibir cuestionamientos sino recibirlos de manera constante. La actitud hipercrítica es más nociva cuando no es balanceada por miradas benevolentes.
La ética no es innata sino adquirida.¿ Cuantos ciudadanos aprobaríamos esta asignatura? Muy pocos, ya que el canon ético y estético es manifiestamente mejorable. La autoestima se resquebraja cuando la sociedad “maltrata” al sujeto y se desmantelan ciertos soportes necesarios.
La degradación de los valores colectivos incide sobre los valores personales, “instalados” en la infancia pero siempre “actualizándose”, como un programa de computaciónHay que cuestionarse continuamente nuestras creencias irracionales y desadaptativas ¿Cuanta irracionalidad están implícitas en muchas de nuestras creencias, impidiéndonos la humanización del espacio social e interfiriendo de forma determinante en la convivencia pacifica y creativa de los seres humanos? No estamos enfermos de maldad estamos poseídos por la estupidez, atrapados en una subjetividad escotómica y en unos prejuicios culturales que enturbian nuestra mirada y sesgan nuestra racionalidad.
En la xenofobia y en el rechazo al prójimo se dilucida la semejanza proyectada en el otro y no la diferencia. Es decir, como dice Cioran “ nos confesamos cuando hablamos de los demás”. El objetivo es la construcción de un espacio social donde se incluyan todos y donde se elimine el componente sádico en las relaciones interpersonales. Un contexto fiable es el mejor antídoto contra el aislamiento y la incomunicación. Asistimos, a veces, a episodios donde la realidad supera a las más crueles de las ficciones.
No cabe la equidistancia ni mirar para otro lado. La falta de brújulas éticas no puede sino hacer tambalear la autoestima y construir un espacio social más dehumanizado. Hoy podemos constatar que se han debilitado los lazos sociales y se ha borrado una dimensión: la de la vida pública. Faltan referentes, brújulas que indiquen por qué latitud y longitud navega nuestro barco. El río está revuelto, y lo está porque así son los ríos, pero también porque la corrupción y la apatía de los honestos permiten que se contaminen. Basta ya de trato indigno. No se trata de cruzarse de brazos ante procesos destructivos. Nada de guiños cómplices: solidaridad en vez de complicidad. Ah y recuerden ni estamos en derrota y mucho menos en doma.
Sugerencia gastronómica
Seguramente lo conocerán. Es el Nitos: pollo para llevar. Un clásico que no pierde ni un gramo del merecido prestigio atesorado durante muchos años. No hay pollos mejores en Palma. La receta mágica de su dueño hace que nos volvamos adictos al sabor de sus pollos. Y que decir de sus croquetas de roquefort. Y de su tumbet. Ah y prueben sus chuletones. Extraordinarios. Y si tienen el colesterol alto el cunill esta impresionante. Todo esto aderezado por la bonhomía, la humildad y la deferencia del dueño y de su familia. Si van, repetirán. Ah y el precio muy justo. Muy recomendable.