Está claro que, si hablamos con los hoteleros, su descontento ante este extraño verano que no termina de arrancar es enorme. No obstante, poco a poco Mallorca comienza a florecer.
Esta primavera tardía hace que los empresarios de las islas estemos nerviosos, aunque hay que admitir que, poco a poco, las calles comienzan a movilizarse.
Es cierto que, tal vez, no es como esperábamos, o como nos gustaría, pero algunos comercios comienzan a vender con regularidad, los bares y restaurantes ya están casi llenos, y poco a poco pareciera que la isla despierta.
Los forasteros comienzan a llenar sus casas de veraneo, los extranjeros vuelven a llenar aviones y, aunque a otro ritmo, nuestra querida Mallorca empieza a respirar.
Da gusto poder ver en la calle a personas sin mascarilla, aunque también se agradezca que se sigan respetando las medidas en interiores de locales y en reuniones.
Sin embargo, poco a poco, la sociedad vuelva a tomar su pulso a la vida y al resurgir de los negocios y las empresas.
Es cierto que estos tiempos han hecho que se agudice el ingenio de todos y que los habitantes de esta amada tierra sigamos resistiendo, pese a las circunstancias, y que lo que parecía imposible poder soportar, esta tragedia, lo ha sido.
Una vez más, el ser humano ha demostrado que la vida está en primer lugar y que juntos y unidos podemos salir hacia delante.
Ahora ya solo nos queda el último empujón y en poco tiempo podremos volver a sonreír y a darnos buenas noticias.
¡No ha sido un recorrido sencillo! Muchas personas siguen en una situación muy precaria, y otras tendrán que salir de estas tierras para buscar mejores horizontes.
Lo que sí es cierto es que la vida nos ha vuelto a dar una lección de sabiduría y nos ha puestos a los humanos en nuestro lugar.
Me queda la duda de saber si una gran mayoría de gente ha aprendido la lección y que no se haya centrado solo en lo negativo, lamentando la situación vivida y sin cambiar sus circunstancias. Pero he de decir que me conformaría con saber que un porcentaje de la población mallorquina y mundial hemos aprendido la lección y hemos sacado algo positivo para los años que nos queden por vivir en este mundo.
Sé que muchos han aprendido a desdramatizar situaciones y a dar valor a lo que realmente lo tiene. Otros, tal vez una gran parte, han aprendido poco y se han anclado en la lamentación. Sea como sea, vamos despertando de este gran letargo y posicionándonos nuevamente desde otro ángulo.
Todo depende de nosotros a partir de ahora, y de lo bien que nuestra sociedad decida comportarse con nosotros mismos. Quiero quedarme con la esperanza de los abrazos recibidos y las sonrisas, de nuevo, de aquellas personas de las que hemos estado alejados.
Ya estamos en la recta final, querido lector, solo nos queda dar el último empujón para poder volver a caminar con el corazón abierto y no fruncido.
¡Ya estamos en el pistoletazo de salida!




