Todos esos elementos hicieron que, en esta ocasión, uno de los más entrañables tópicos futbolísticos fuese de nuevo cien por cien verdad, el de que cualquiera de los dos conjuntos podría haber ganado el partido. Tras adelantarse el Mallorca por dos veces en el marcador, con dos extraordinarios goles del Cucho Hernández y de Ante Budimir, el Betis consiguió empatar sucesivamente con tantos de Sergio Canales y de Nabil Fekir, para adelantarse luego en el marcador gracias a un gran gol de Joaquín. Y cuando peor lo estaban pasando los jugadores de Vicente Moreno, el propio míster y quien humildemente escribe estas líneas, llegó el gol con algo de suspense de Take Kubo.
Si el Mallorca ya reaccionó bien ante la adversidad hace una semana ante el Alavés, este viernes volvió a demostrar que ha ganado en confianza y en capacidad de reacción en los momentos difíciles. Si el equipo bermellón consigue seguir en esa línea de desmelene ofensivo hasta el final de la temporada, el objetivo de la salvación parece ahora mismo más que factible, sobre todo si además consigue también evitar los puntuales desmelenes defensivos.







