La comisión bilateral de seguimiento para el traslado al Hospital Son Espases, en la que están presentes la Conselleria de Salut y los sindicatos, se ha reunido varias veces sin la presencia del conseller Vicenç Thomàs, quien ha preferido hacer mutis por el foro y delegar en el director general del Ib-Salut, Josep Pomar, todo lo relativo a este tema. Hasta aquí todo parece normal, pero una buena parte de los asistentes a estas reuniones mantienen que se trata de una táctica para, si algo no va bien, no asumir ninguna responsabilidad por el tema. Este alejamiento de Thomàs de una mesa donde se trata algo tan importante no parece demasiado lógico, porque si estuviese presente podría conocer de primerísima mano la opinión de todos los implicados en el tema, aunque hay quien dice que desde hace tiempo tiene alergia a las organizaciones sindicales, especialmente al Sindicato Médico de Baleares, con el que no se ha reunido ni una sola vez. Y mientras el conseller mantiene que este fin de semana se realizará el traslado de los pacientes, el resto espera, no sin cierto temor, la decisión de los jefes de servicio de Son Dureta, los que, en última instancia van a decidir sobre el traslado y su viabilidad.





