Es como si vieses al T-Rex por el retrovisor: se te paraliza hasta el último músculo y la cartera empieza a temblar. Es lo que tiene ver un coche de la Guardia Civil por el retrovisor.

Es como si vieses al T-Rex por el retrovisor: se te paraliza hasta el último músculo y la cartera empieza a temblar. Es lo que tiene ver un coche de la Guardia Civil por el retrovisor.