En el marco de las celebraciones por el Día de la Hispanidad, ayer disfrutamos en el Auditorium de Palma de una interesante conferencia, inédita por la primicia de los datos aportados, impartida por uno de los más documentados investigadores mallorquines: D. Gabriel Verd. Quien lleva cuarenta años apostando por su conocida tesis sobre la mallorquinidad de Cristóbal Colom.
La crítica histórica no se puede realizar con la perspectiva actual sino con la del periodo que se analiza en cada momento. Los que poseemos un espíritu crítico, para lo bueno y para lo malo, no damos por cierta una determinada teoría por mucho que se repita y se difunda como verdad histórica si aparecen dudas en las respuestas a ciertas cuestiones. Vayan aquí algunas pinceladas que generan muchas dudas sobre el origen genovés del descubridor de América.
Las aportaciones realizadas por el historiador Gabriel Verd han sido importantísimas y escrupulosamente detalladas, defendiéndolas con entusiasmo. Podríamos decir que las poderosas razones de su tesis, respaldada por prestigiosos institutos y academias a ambos lados del océano, como la Real Sociedad Colombina, son tan importantes que podrían ser el motivo por el que los reyes, y especialmente Fernando de Aragón, tuvieran interés en que desaparecieran las pruebas. De este modo, la presentación de Colón como genovés era el mejor argumento para olvidar su parentesco con el rey católico y su posición en la línea de sucesión al trono si, tal como defiende la teoría mallorquina, era hijo natural e ilegítimo de Carlos, Príncipe de Viana, hijo del primer matrimonio de Juan II Rey de Aragón. Y, por tanto, hermano de Fernando el Católico.
Fernando de Aragón había conocido por tradición familiar muy próxima las complicaciones y dificultades que su antecesor, Fernando I, había tenido en el Compromiso de Caspe en el que tuvo que luchar para ser elegido entre otros pretendientes al trono entre los que estaban algunos con filiación ilegítima. Había conocido también, más de cerca, las luchas en las que Isabel de Castilla, su esposa, había estado involucrada frente a la nobleza castellana y Juana la Beltraneja. Fernando no podía despreciar a ningún enemigo y mucho menos al hijo ilegítimo de su hermano el Príncipe de Viana, sucesor a la Corona. Valía la pena que fuera el secreto mejor guardado y por tanto cualquier prueba debería desparecer.
La apuesta económica y política en confiar la expedición a Colon se llevó a cabo no sólo por presentarse éste como un sabio estudioso, astrónomo o cartógrafo, es decir, con la preparación teórica necesaria para dirigir la ruta en busca de un continente lejano, si no por ser un avezado navegante para encarar las dificultades del día a día. Lo cual sólo podía aprenderse en el seno de una familia de navegantes que no se encontraban en la supuesta familia genovesa de artesanos tejedores, y sí, en cambio, en la conocida familia materna de los Colom de Mallorca.
También llama la atención la extraordinaria relación de Colón con la realeza y alta aristocracia. Por ejemplo con el Duque de Medinaceli, destacado miembro de la más poderosa aristocracia andaluza. El Duque le recibió y le hospedó en su casa durante dos años. No se concibe tener a mesa y manteles a un emigrante genovés de una modesta familia de tejedores que buscaba trabajo en Andalucía, y mucho menos se concibe que, en el siglo XV, un simple comerciante pudiera entrar en la Corte, incluso antes de descubrir América, pidiendo privilegios reservados a la nobleza, y que los Reyes Católicos le concedieran títulos como el de virrey, almirante y gobernador general en las Capitulaciones de Santa Fe. Esto sólo se explicaría por el vínculo familiar que les unía a través del parentesco consanguíneo con el Príncipe de Viana.
Como último apunte sorprende que, siendo italiano, según la teoría genovesa, no utilizara en sus escritos lengua italiana alguna, ni tan siquiera en las cartas a sus hermanos. La mayor parte están en castellano, con giros lingüísticos mallorquines, que algún investigador confunde con portuguesismos y galleguismos. Y los pocos escritos en latín cuentan con una notable influencia hispánica.
Otro país que contara con la mitad de datos, documentos y pruebas ya lo habría hecho suyo.
Espero que la constante labor de Gabriel Verd reciba una justa recompensa con el decidido respaldo a la investigación por parte de las instituciones del Estado y el apoyo económico del sector turístico privado. Porque es evidente que la importancia del descubrimiento de América por Colón es que éste lo hiciera por España, originando el legado universal que nuestra nación ha aportado a la historia de la Humanidad. Pero también es indudable que si Colón fuera de origen mallorquín, español, colocaría su lugar de nacimiento como visita obligada (y “desestacionalizadora”) del turismo cultural internacional. A la vez que un motivo de orgullo más para los baleares al aportar otra gran figura histórica a la Hispanidad.





