Ya estamos en Semana Santa y pensando en el tema sobre el que podía escribir me he acordado de aquel viaje, allá por el 98, cuando estuve en Los Ángeles. Un sueño de viaje hecho realidad. Un paseo por Hollywood, otro por Beverly Hills, Santa Mónica, Malibú, incluso Disneyland y Las Vegas. El problema llegó cuando mis amigos quisieron acercarse a Yosemite, evidentemente un servidor no había oído hablar de ese lugar.Cuando me enteré que era un parque, flipé, no entendía muy bien lo que íbamos a hacer allá. Llegamos de noche al hotel de Yosemite y nos dicen que no hay posibilidad de alojarse porque estaba completo y nos mandaron a las cabañas.
Creo que una vez en mi vida he ido de acampada, quizás dos. Allí estoy yo, en el coche, improvisando un look para salir al campo: un sombrero de explorador que compré en Disneyland de Tiger, una camiseta de Benetton, unas bermudas a cuadros y unas Converse. El señor Fashion Victim con su Samsonite arrastrando por el campo, un horror. Nos comentan que hay osos por ahí, sueltos (vamos, lo normal), y que dejáramos las cosas que podían desprender olor en unas taquillas en medio del campo. Vemos fotos de coches destrozados por osos, y gente con cámaras (de las buenas), esperando allí, como si esperaran al mesías, con un poco de comida por el suelo como cebo. Yo llevaba tal mosqueo que no os podéis imaginar: una triste cabaña, baños comunitarios,..., y un bar lleno de excursionistas para poder cenar algo.
Después de cenar una triste ensalada, mis amigos deciden irse a dormir. No doy crédito! Ya? Le pido a mi amiga Angie que me acompañe al bar a tomar algo, que no me quería ir a dormir a las 11 de la noche. Ok, respondió. Mientras volvíamos al "super bar" yo le comentaba a mi amiga que lo de los osos debía ser una trola, una trola de las grandes para atraer a los turistas y ... de repente, Angie me da un golpe que casi me tira al suelo. Calla y no te muevas! exclamó ella. Alzo la mirada, y...allí estaba, un señor oso, como en las películas. No estoy hablando de un osito, NO! Estoy hablando de un oso gigante! En esos segundos yo podía leer los titulares del periódico en España: "Dos mallorquines devorados por un oso en Yosemite". ¿Qué hacemos? nos preguntábamos uno al otro, estábamos tan agarrados que nuestros cuerpos eran sólo uno.
Empezamos a irnos de puntillas, como en los dibujos animados, y un par de metros después empezamos a correr como si no hubiera un mañana. Esa noche ni al baño ni nada, directos a la cabaña. Nuestros amigos no se creían la historia. Al final se la han tenido que creer, porque la habremos contado mínimo 500 veces.
Hoy puedo decir que he tenido a un oso delante! También puedo afirmar que no volveré a Yosemite ni a ningún parque natural en mi vida!
Andrés Llompart
Facebook I am a fashion victim www.facebook.com/iamafashionvictim
Instagram/twitter/Google+: @andresllompart





