Medio centenar de agentes del Cuerpo Nacional de Policía, un equipo de los Tedax y efectivos de la Policía Local, Bomberos y Emergencias, todos estos medios movilizados por la culpa de un individuo que decidió causar el pánico en la Plaza de España, y lo consiguió, además de dos heridas leves, para rematar la faena. Toda una proeza, sí señor, una gran valentía, digna de alguien que seguro que a estas horas se está regodeando con lo sucedido, leyendo y escuchando lo que los medios dicen de él, disfrutando de su gran minuto de gloria. Sólo espero que cuando le detengan, porque lo harán, le hagan responder de sus actos y le obliguen a pagar el coste en medios humanos y materiales que ha supuesto la colocación del petardo, porque ahí es donde más duele, en el bolsillo de estos impresentables que disfrutan provocando tensión y miedo en los demás. Y si no tiene dinero con el que hacer frente a las consecuencias de su “broma” que le obliguen a trabajar realizando servicios sociales hasta que pague la deuda contraída con la sociedad.





