Tras la limitada remodelación del Govern que este viernes dispuso la presidenta Francina Armengol, con el nombramiento de la ibicenca Fanny Tur como consellera de Cultura, Deportes y Participación; y la adscripción del departamento de Transparencia a la Conselleria de Presidencia, en manos de Pilar Costa (PSIB), hay que concluir que los socialistas son los grandes beneficiados, una vez más, de esta crisis de gobierno que ello no han causado. Al quedarse con Transparencia, además, se lanza un mensaje subliminal a la ciudadanía, por el cual se sugiere que el PSIB es el partido más honrado de todos, pues no ha incurrido en las presuntas irregularidades en las que sí parece haber caído Més per Mallorca y Més per Menorca.
Pero el Govern está lejos de salir reforzado del trance, porque ya no cuenta con Més per Menorca y porque siguen en la cuerda floja el vicepresidente Biel Barceló y el conseller Vicenç Vidal. Hasta que no concluyan las investigaciones preliminares que lleva a cabo la Fiscalía Anticorrupción de oficio, no puede saberse en qué vaya a terminar el asunto, porque si se decidiera llamar a declarar a los consellers de Més en calidad de investigados, ambos deberían dejar sus cargos y los ecosoberanistas saldrían del Ejecutivo por la puerta de atrás y con gran deshonor. A la espera de lo que suceda, los nubarrones no se han despejado en el Consolat de Mar, aunque el PSIB sale intacto e incluso controlando un área que antes no tenía. Una buena jugada de los socialistas a costa de Més per Menorca.
