Me han dicho que nuestra autonomía va corta de dinero, que no hay para pagar los gastos que tenemos, que por eso me recortaron mi sueldo de funcionario. Ustedes verán: yo me propuse ser estricto. Ni una cerveza de más. Pero ayer mismo, pasaba por el hospital de Son Espases y me quedé de una pieza. ¿No querrán que yo ahorre, para que tiren el dinero así? ¿No me habrán bajado el sueldo un cinco por ciento para esto? ¿No me voy a privar de una cañita para esto? ¿A qué me refiero? Ustedes verán: el Govern hizo un carril bici de Palma a la UIB, al costado de la carretera de Valldemossa. Un carril que jamás ha utilizado nadie, salvo algún dominguero (¿será por esto por lo que jamás lo ha limpiado nadie?). El famoso carril estuvo cerrado durante más de dos años por las obras del hospital, sin que nadie se quejara (lo cual enlaza con lo anterior: no tiene usuarios, sólo faltaba que su cierre provocara quejas). El carril debe cruzar una calzada que sale del hospital de Son Espases. O sea, un cruce común y corriente. ¿Qué se le ocurre a usted hacer en un cruce de un carril bici con una calzada? Pues a mí se me ocurre un paso de cebra. Y si me apuran, un semáforo que, por favor, sólo se active cuando haya una bici (porque, ya les digo, jamás ha habido una). Pero ¿adivinan qué ha hecho nuestro Govern? No, no ha puesto un helicóptero de cada lado para transportar las bicis en el aire, pero casi. Se han cascado un puente de unos 200 metros que hay que verlo. Es un puente que hace como un ocho extraño, que entra dentro de los jardines del hospital, que recorre un tramo enorme para después volver al carril. Pero, oigan, que tienen que verlo. Que esto se merece una visita guiada. Obviamente, el puente es tan largo, que los ciclistas, si un día los hubiera, van a cruzar la calle sin más. ¿Aquí se han gastado mi cinco por ciento de recorte de mi sueldo? Hubiera sido mejor que fueran al cine. Al menos adquirirían cultura.





