Tony Escribano, chef del restaurante, se suma al proyecto con el compromiso de fusionar el producto local con las mejores técnicas culinarias, otorgando el reconocimiento que merecen los cocineros y restaurantes mallorquines. Además, los ayuntamientos de Soller y Santa Margalida se han unido para fortalecer el compromiso con la sostenibilidad y la economía circular, trabajando con productos locales de km0.
La trayectoria familiar tiene sus orígenes con su padre, Juan Escribano que desde hace más de 40 años ha estado dirigiendo varios bares y restaurantes de la isla, pasando por diversos Club Náuticos, pero fue en el Club Náutico de Pescadores donde estuvo más tiempo y consagro su experiencia. Luego adquirió el Club Marítimo del Molinar delegando en sus hijos Kiko y Tony la completa explotación de este. Desde hace unos años trabajan juntos en el Restaurante Club Nàutic Portitxol, fusionándola la veteranía y experiencia de su padre con la modernidad y también experimentada trayectoria de sus hijos, dando lugar a un cocktail de historia y actualidad.
La clave de su éxito se basa en mucho esfuerzo y dedicación, respaldado por un entorno familiar y una estructura donde se potencia la creatividad, desarrollo personal y la armonía de un ambiente profesional y cercano, valores que son su seña de identidad y les permite afianzar cada día a su clientela. La visión de su empresa es mantener fiel su esencia, enriquecer la oferta gastronómica, sin perder la ilusión y el nivel de exigencia. La experiencia en zonas marítimas hace que su oferta se base en una gastronomía mediterránea de calidad, siendo especialistas en pescados y mariscos, pero es en arroces y fideuás donde se encuentra su gran referencia. Además de los productos típicos de la zona y de temporada, la carta ofrece una variedad de carnes, y ensaladas, todo ello acompañado de una selectiva bodega.
La reforma y la decoración del restaurante está influenciada por la arquitectura de más de 50 años que tiene el edificio con su restaurante en la isla, inspirada totalmente en su entorno marinero.
Se han fusionado materiales tradicionales y muchos modernos. Se ha buscado crear espacios equilibrados, con una paleta de colores azules, blancos y blancos rotos, que mezclado con la madera dan mucha calidez y genera una armonía en el centro marítimo.
Sé ha marcado una dinámica en las diferentes zonas del comedor y porches, siempre jugando con los tonos y la decoración que ensambla todo el local.
El ambiente, juntamente con la especialidad en arroces, pescados y mariscos hacen que Restaurante Club Náutic Portitxol sea una excelente elección.
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