En unas declaraciones que emitió IB3, Francina Armengol se quejaba de la postura del PP en el Parlament, que haga uso del turno de preguntas que tanto gustan al Govern de turno. Realmente, que un grupo que apoya a un gobierno haga preguntas a su propio ejecutivo es una anomalía democrática, pero ha habido mucho tiempo para reformar el Reglamento del Parlament y poner fin a esta chapuza. Armengol se queja del rodillo del PP, pero no hace tanto -unos seis meses aproximadamente- eran los suyos los que preguntaban al Govern, aunque como siempre ocurre que estas cosas se ven de otra manera desde las filas socialistas. Entonces, preguntar sobre lo que había hecho el PP -en la oposición- era un ejercicio democrático. Tanta hipocresía me altera y Armengol dice estas cosas tan tranquila.
