El voto inútil

Desde que ha empezado la campaña electoral hemos vuelto a oír la cantilena de la apelación al voto útil, que los partidos grandes de ámbito estatal, especialmente PP y PSOE, repiten con machacona insistencia digna de empeños más sustanciosos.

¿Qué quieren decir con “voto útil”?. ¿Útil para quién o para qué?. Dado que el llamamiento se hace a los ciudadanos, sería lógico suponer que el voto sería útil para nosotros, para los votantes, es decir, que si el partido al que votamos consigue llegar al gobierno, implementará políticas que redundarán en nuestro beneficio. Y si la solicitud de voto útil se nos realiza a los ciudadanos de las Islas Baleares, no parece insensato pensar que el voto debería servir para conseguir mejoras en el trato que recibimos de la administración central.

Pero, ¿es así?. Si nos atenemos a lo acontecido desde las primeras elecciones democráticas no parece que el voto a los partidos grandes españoles haya sido de demasiada utilidad para los ciudadanos baleares. Si la memoria no me falla, todos los diputados y senadores electos por las Islas Baleares han pertenecido a la extinta UCD, PP y PSOE, así que nuestro voto ha sido muy útil para estos partidos estatales, que han dispuesto de nuestros representantes en las sucesivas sumas de escaños que les han proporcionado las mayorías necesarias para gobernar, o, alternativamente, las minorías mayoritarias mediante las cuales han sido el primer partido de la oposición. Para las Islas Baleares, en cambio, no ha sido útil en absoluto. Todos los gobiernos, de uno u otro color, con mayorías absolutas o relativas, han discriminado a nuestra comunidad autónoma. Tanto si el mismo partido gobernaba en Madrid y en Palma, como si ambos gobiernos eran de signo opuesto, el déficit fiscal y de inversiones no ha hecho sino empeorar.

No cabe considerar descabellado, por tanto, que el voto es útil para los partidos mismos, no para los ciudadanos. Se trata de colocar al máximo número posible de sus candidatos y minimizar los del otro, pero, sobre todo, de repartirse el pastel entre los dos. Ahora más que nunca, cuando han aparecido dos actores nuevos que cuestionan seriamente el bipartidismo tradicional.

Sin embargo, para nosotros, para los ciudadanos baleares, la situación no es significativamente diferente. Puesto que los dos partidos nuevos también son estatales, no es previsible que nos traten mejor que los dos tradicionales. Es más, las manifestaciones y el programa electoral de Ciudadanos suponen una brutal involución centralista y jacobina del estado, que amputaría gran parte de las competencias autonómicas y la pérdida de casi toda la, ya de por sí escasa, capacidad de autogobierno.

Así pues, votar a los partidos estatales ha sido hasta ahora, para Baleares, un voto irremediablemente inútil y no parece que vaya a ser diferente en estas elecciones. Por tanto, ¿cuál sería el voto útil?. Tenemos un ejemplo en la otra comunidad insular del estado, las Islas Canarias. Ellos también padecían una discriminación y abandono seculares, empeorados por la lejanía geográfica. Durante las primeras legislaturas democráticas también sus escaños de diputados y senadores estuvieron copados por UCD, PP y PSOE y no consiguieron ninguna mejora significativa en el trato recibido de la administración central. Pero en 1993 todo un conjunto de partidos medianos y pequeños, centristas y de izquierdas, insularistas, regionalistas y nacionalistas, incluso independentistas, se unieron en una coalición, a la que denominaron precisamente Coalición Canaria y consiguieron representación en el Congreso de Madrid. Desde entonces las cosas han cambiado radicalmente para Canarias. CC gobierna en la autonomía, en varios de los cabildos, el equivalente de los nuestros consells insulars, y en muchos municipios, además de que siempre ha tenido representantes en el congreso y en el senado. Esta representación ha oscilado entre dos y cuatro diputados y uno y cuatro senadores y ha sido fundamental para conseguir resolver muchos de los problemas crónicos que padecía su comunidad.

El auténtico voto útil para nuestras islas sería conseguir colocar un representante electo de un partido de estricta obediencia balear en el congreso y en el senado. Hasta ahora nunca ha sido posible. Quizás los ciudadanos nos hemos dejado enredar en la trampa del mal llamado voto útil, o en la confusión de que los partidos locales no tienen ninguna posibilidad y en las elecciones generales hay que votar partidos “españoles”. Tampoco nuestros partidos nacionalistas y regionalistas han sido capaces de presentar una opción electoral unitaria con la que demostrar al electorado una voluntad real de ir a Madrid a defender sin fisuras los intereses de Baleares. No han sabido desprenderse de dogmatismos ideológicos ni de suspicacias personales como sí supieron hacer los canarios. Solo en una ocasión, hace unos años, presentaron una candidatura conjunta y estuvieron a punto de conseguir un escaño de diputado, faltó un puñado de votos, lo que demostró que era posible. Pero no han sido capaces de repetirlo.

En cualquier caso, estas elecciones, con la segura, según todas encuestas, dispersión del voto en múltiples opciones, constituyen para los partidos baleares una oportunidad como no había existido antes, de conseguir un escaño en el congreso. Así que, es el momento de hacer un voto auténticamente útil y, aunque lamentablemente hay dos opciones que no han sabido, querido, o podido coaligarse en una candidatura conjunta, votar a un partido de aquí, puesto que votar a los partidos estatales ya sabemos que es un voto perfectamente inútil.

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