Nuestro digital mallorcadiario.com le ha elegido como personaje del año por su brillante y exitosa trayectoria como gestor deportivo. ¿Cómo valora este reconocimiento?
La verdad es que ser reconocido en mi tierra es algo muy especial, sobre todo teniendo en cuenta los años que hace que dejé el club de mi vida: el RCD Mallorca. Que me sigan recordando es algo que me llena de orgullo, puesto que Mallorca es y será siempre mi casa.
El consejo editorial le ha reconocido como ejemplo de liderazgo, coherencia, honestidad y eficacia, junto con el hecho de no haber perdido nunca el vínculo con su tierra...
Agradezco mucho estas consideraciones. Yo me siento muy mallorquín y quiero mucho a esta tierra, donde tengo a toda mi familia. Puedo estar muy bien en otros sitios, pero como en Mallorca no hay ningún lugar. Por ello, he procurado no perder nunca el vínculo con nuestra isla.
"Lo más importante tiene que ser siempre la afición y los valores que transmita el club como representante de su tierra"
Usted llegó al RCD Mallorca respondiendo un anuncio en el periódico...
Efectivamente (risas). De hecho, fue mi madre la que dejó el periódico encima de mi mesa para que lo viera. Por entonces, el club (RCD Mallorca) buscaba a un licenciado en Derecho o Economía. Así que me presenté en el Luis Sitjar y, tras hablar personalmente con el presidente Contestí, me incorporé a la entidad.
Cómo ha cambiado el fútbol desde entonces...
El deporte y la pelota son los mismos, pero es verdad que el profesionalismo de ahora poco, o nada, tiene que ver con el de aquellos años de principios de los noventa. De todas maneras, lo más importante tiene que ser siempre la afición y los valores que transmita el club como representante de su tierra. Por eso, y a pesar de la transformación en SAD (Sociedades Anónimas Deportivas), el espíritu se sigue reflejando en los socios.
Antes de ser presidente del RCD Mallorca, usted trabajó con Contestí, Dalmau, Beltrán y Reynés... ¿Qué aprendió de cada uno de ellos?
Contestí fue el inicio del gran cambio, tanto a nivel financiero como social. No hay que olvidar que cuando él llegó, el club estaba en la ruina, a punto de desaparecer, y sin apenas afición. En tan solo unos años, fue capaz de invertir la situación. Además, dejó al equipo en Primera División y consolidado en el fútbol profesional nacional.
Por su parte, Dalmau era una persona extraordinaria al que la historia también le debe un reconocimiento. Puso su patrimonio, junto con Pizá, para que el club pudiera convertirse en SAD y seguir competiendo a nivel profesional. Luego, no tuvo suerte con los resultados.
La llegada de Beltrán, una figura pública y mediática, supuso un nuevo impulso. Supo transmitir su ambición y liderar un movimiento social para hacer renacer al mallorquinismo mientras que Reynés cumplió perfectamente como representante institucional junto a Rotger y Buades.
"Todavía me emociono cuando recuerdo el recibimiento en Palma tras ganar la Copa en Elche"
Y también con el inolvidable Antonio Asensio...
Era una persona muy carismática y humilde, que no tenía necesidad de recibir ningún reconocimiento. Y esos perfiles bajos a los mallorquines nos gustan. Supongo que, por eso, era tan querido por la afición, con la que tuvo una gran conexión como se pudo comprobar, por ejemplo, en la final de Birmingham.
De ese primer periplo en el club de su vida... ¿Cuáles son sus mejores recuerdos?
Evidentemente, dos momentos inolvidables fueron los dos títulos: la Supercopa de España de 1998 y la Copa del Rey de 2003. Ver feliz a tanta gente hace que todo el sufrimiento para llegar hasta allí valiera la pena.
Todavía me emociono cuando recuerdo el recibimiento en Palma tras ganar la Copa en Elche. Tengo imágenes imborrables del aeropuerto, del camino en bus y de las calles llenas de gente celebrando el título.
También fue muy especial jugar por primera vez en Europa, sobre todo por lo que representó para los aficionados. Poder viajar con tu equipo por el viejo continente es algo único, que todavía recordamos con orgullo.
Tampoco puedo olvidarme de las dos permanencias logradas, ambas en Son Moix, en la última jornada: ante el Real Valladolid en 2003 y, dos años después, frente al Real Betis. Siempre he dicho que el patrimonio del club es la Primera División. Así, que esas salvaciones fueron, para mí, como ganar dos títulos.
Esos años, en los que el RCD Mallorca copaba portaba de diarios nacionales y era protagonista en televisión, fueron inolvidables para todos.
"Cuando estaba en Mestalla me quedaba mirando la portería de la derecha recordando el penalti fallado por Stankovic en la final. Esas cosas nunca se olvidan"
¿Cuál fue la clave del éxito?
Muchas personas aportaron su granito de arena para llevar al RCD Mallorca entre la élite del fútbol español y europeo. El éxito fue el fruto del trabajo y de la implicación de todos, desde directivos y ejecutivos hasta los empleados. Siempre he pensado que trabajar en el club de tu vida tiene que ser un honor.
Su peor recuerdo, supongo, vino en su segunda etapa....
Algunos malentendidos derivaron en situaciones complicadas que prefiero obviar. A nivel deportivo, perder la final de la Copa del Rey ante el FC Barcelona en 1998 fue muy duro. Aquella noche, merecimos ganar a pesar de acabar con nueve jugadores y un Stankovic lesionado. Nos marchamos tristes pero orgullosos.
Quién le iba a decir por entonces que acabaría fichando por el Valencia...
Le reconozco que, en ocasiones, cuando estaba en Mestalla me quedaba mirando la portería de la derecha recordando el penalti fallado por Stankovic en la final. Esas cosas nunca se olvidan.
Y luego llegó su llegada al FC Barcelona...
En ambos casos, tanto en el Valencia como en el Barça, me ofrecieron proyectos ilusionantes en los que di el máximo. Guardo un gran recuerdo de las dos experiencias, donde me sentí muy respetado y querido por sus aficiones.
"Me siento orgulloso de haber estado en cuatro grandes equipos de este país"
¿No le hubiera gustado tener alguno experiencia en el extranjero?
He estado varias veces a punto, pero finalmente ninguna de las ofertas se concretó. No obstante, no me cierro ninguna puerta. Sobre todo, teniendo en cuenta que el fútbol es cada vez más global. De momento, me siento orgulloso de haber estado en cuatro grandes equipos de este país.
Precisamente, le iba preguntar sobre su nuevo reto en el Atlético de Madrid...
Ya estuve cerca de llegar en otras ocasiones, puesto que mantengo una excelente relación con Miguel Ángel Gil desde hace años. Acabo de aterrizar y estoy muy ilusionado, ya que me han recibido con los brazos abiertos.
Por último, la pregunta más esperada por el mallorquinismo: ¿Regresará algún día al club?
Creo que el club ahora está bien, con varias temporadas consecutivas consiguiendo la permanencia en Primera División. Yo siempre estaré a disposición del club, porque soy mallorquinista de corazón. Pero considero que la vida son ciclos y yo ya tuve dos etapas en el RCD Mallorca.





