¿Con qué expectativas nace PIMEM Comerç?
Nace con la intención de ayudar al comercio local de toda la isla de Mallorca y para defender sus intereses. Los comercios existentes, si queremos afrontar el futuro con éxito, nos tendremos que formar y profesionalizarnos para poder ser más competitivos. Estamos viviendo tiempos muy cambiantes y nos tenemos que adaptar.
A su juicio, ¿abre la creación de esta entidad un nuevo marco en el mapa del asociacionismo relacionado con el comercio balear, donde ya existen otras organizaciones, como Pimeco o Afedeco?
La intención es sumar fuerzas para ser más fuertes, no queremos dividir. Pensamos que la unión hace la fuerza, No pretendemos tirar por la borda todo el trabajo que se ha hecho en muchas asociaciones durante tantos años. Próximamente, nos iremos reuniendo, en la medida de lo posible, con muchas asociaciones para ver cómo podemos mejorar el comercio de cada zona.
"No queremos dividir. La intención es sumar fuerzas, porque pensamos que la unión hace la fuerza"
¿Cuál es su visión sobre la situación del comercio en Mallorca y su evolución durante este último año y medio, tras la irrupción de la pandemia?
Es innegable que el tejido comercial de la isla está tocado. De hecho, estamos viendo locales cerrados en todas partes. La pandemia ha hecho mucho daño a todos los niveles. Aún así, la evolución es positiva. Es verdad que todavía estamos lejos de recuperar la normalidad, pero la tendencia es buena.
¿Qué datos tiene acerca de la repercusión de la crisis sanitaria en la sostenibilidad y la rentabilidad del comercio en la isla?
La asociación acaba de nacer y, de momento, no tenemos muchos datos, pero le puedo asegurar que, a día de hoy, muchos comercios de Mallorca están facturando entre un 20 y un 40 por ciento menos que en 2019. A esta realidad hay que sumarle la subida de precios en el transporte, energías, materias primas… Esto provoca que la inflación se dispare y el nivel de vida de las personas baje, cosa que no ayuda al comercio.
"Los comercios de Mallorca están facturando entre un 20 y un 40 por ciento menos que en 2019. La inflación está disparada y el nivel de vida ha bajado"
La pandemia, ¿ha marcado un punto de inflexión en la evolución del comercio en la isla? Y si es así, ¿qué elementos caracterizarán la actividad comercial postpandemia?
Sí, como sabemos, la pandemia ha cambiado muchas cosas. La gran mayoría de empresas han tenido que hacer grandes esfuerzos a todos los niveles para poder superar esta crisis. Es verdad que, actualmente, muchas empresas son más eficientes que antes, porque ante la necesidad por sobrevivir se han visto obligadas a cambiar la manera de gestionar y se han dado cuenta de que estaban soportando gastos que eran ‘innecesarios’.
¿Cuál es su opinión acerca de la convivencia entre el pequeño comercio y las grandes superficies en un territorio limitado como Mallorca, y hasta qué punto le disgusta o le agrada la legislación actual en esta materia?
Creo que el mercado es muy grande y que el sol sale para todos. Cada empresa y cada comercio tiene que hacer lo posible para entender las necesidades de sus clientes y adaptarse a ellos. Es verdad que los comercios tradicionales y las grandes superficies jugamos en Ligas diferentes, porque a la hora de negociar no lo hacemos con las mismas condiciones.
"Las tiendas tradicionales y las grandes superficies jugamos en Ligas diferentes, pero el mercado es muy grande y el sol sale para todos"
Las campañas de rebajas, ¿han dejado ser un negocio rentable para los comercios pequeños?
Sí, porque, al final, entre una promoción y la otra nos pasamos gran parte del año ofreciendo descuentos. Los consumidores lo saben y esperan el momento adecuado para hacer sus compras. El problema de vender nuestros productos rebajados es que perdemos nuestro margen comercial, cuando soportamos los mismos gastos de siempre, cosa que es insostenible. Para poder pagar a las personas que trabajan con nosotros, pagar los alquileres, pagar la factura de la luz, pagar los productos que vendemos, necesitamos tener un margen que nos permita terminar el año con una cuenta de resultados positiva. De ocurrir lo contrario, bajamos la persiana y cerramos otro local. Este es el motivo real que frecuentemente empuja a muchos comercios a suspender su actividad. No es nada fácil ser una pyme y competir con las multinacionales.
"Para pagar a los empleados, los alquileres, la factura de la luz, y todo lo demás, los comerciantes necesitamos un margen de beneficios que estamos perdiendo"
¿Qué papel juegan las transacciones electrónicas en la incentivación económica del sector y cuál es el nivel de adaptación del sector del pequeño comercio de Mallorca a esta nueva realidad?
Bajo mi punto de vista, creo que es positivo. Año tras año, aumentan las transacciones electrónicas y, al final, disminuye el riesgo de posibles robos. Estoy convencido de que en un plazo no muy lejano, todo el mundo terminará pagando con tarjeta, con el móvil, con un Bizum o cualquier otro modo de pago electrónico. Es más seguro y cómodo para el cliente, para los comercios, y ojalá ayude a eliminar la economía sumergida, que tanto daño hace a este país.
"En un plazo no muy lejano, todo el mundo pagará con tarjeta, el móvil o cualquier otro modo de pago electrónico. Es más cómodo y seguro para los clientes y para los comercios"
Los valores tradicionalmente asociados al pequeño comercio, como el trato personalizado y la cercanía con el cliente, ¿siguen siendo válidos en el contexto actual?
Precisamente, este es el valor diferencial que tenemos. Las grandes empresas nunca serán tan flexibles como las pequeñas. En nuestro día a día nos encontramos que hay clientes que tienen alguna necesidad específica o algún problema creado por nuestras normas internas, y nosotros lo podemos solucionar. Sin embargo, cuando vas a cualquier franquicia, se tienen que adaptar a sus sistemas, porque no tienen otra alternativa. Utilizan sistemas cerrados que no les permiten realizar ciertas modificaciones. Tampoco les interesa perder el tiempo en determinadas ‘tonterías’ que para ellos son insignificantes. En cambio, nosotros valoramos mucho la satisfacción de nuestros clientes y nos esforzamos en ofrecer una buena experiencia de consumo.
Ya para finalizar, ¿cuál es el futuro del comercio tradicional, de la pequeña tienda familiar, en un marco de globalización y de proliferación de las franquicias como el que parece presidir en estos momentos la evolución del sector?
Como ya he contestado antes, creo que hay mercado para todos. Por suerte, cada persona es diferente y, por este motivo, ‘todo se vende. En la pregunta que me ha formulado anteriormente he contestado por qué las grandes cadenas y franquicias nunca podrán igualar a las pequeñas en ciertas cosas. En otras muchas, nos superan con creces. Sabemos que los tiempos han cambiado, y más que cambiarán, y que nos tenemos que adaptar sí o sí. Quien no se adapte, difícilmente podrá sobrevivir los próximos años. Pienso que juntos podemos ser más fuertes. Tenemos que dejar de pensar en individual para pensar en colectivo. Tenemos que unirnos para conseguir mejores acuerdos, hacer lo posible para conseguir la excelencia y ofrecer la mejor experiencia de consumo a nuestros clientes. Tendremos que segmentar a nuestros clientes, puesto que no somos iguales y tenemos necesidades diferentes. No es fácil y hay mucho trabajo por hacer, pero considero que es un gran reto, y esto es lo que lo hace más atractivo.
"A las franquicias no les interesa perder el tiempo en 'tonterías' que para ellos son insignificantes. El pequeño comercio, en cambio, es esfuerza por ofrecer una buena experiencia de consumo"
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