¿Es el diez Messi?

Messi no es Dios pese a lo que digan muchos argentinos, tampoco es el 10 que representa la excelencia académica así como tampoco es el diablo como pretende el presidente del Barça. Su comportamiento no encarna ni el bien ni el mal, es solamente un futbolista. Quizás el
mejor de la historia, pero un futbolista.

Messi es tan pequeño físicamente que le apodan la pulga -es conocido su problema de crecimiento que le Llevó a Barcelona- y a la vez es tan grande que financia el mayor centro de oncología pediátrica de Europa. Es una persona con luces y sombras, como todos.

Llama la atención que sea el mayor contribuyente como persona física de la Hacienda Pública. Sus cien millones de euros de salario anuales le obligan a tributar más que cualquier empresario, banquero o político.

Ha sido noticia, Messi, por su conflicto con el Barça; un conflicto para mi inmoral e indecente. Un trabajador que de salario cobra cien millones aparentemente pocos derechos laborales le asisten. A eso hay que añadir otros ingresos millonarios por otros múltiples conceptos.

Decía que me parece una indecencia plantear un conflicto por no sentirse valorado, les recuerdo que cobra cien millones, cuando nos adentramos en un invierno negro en el que se prevé una gran crisis económica y social. El problema es que esos mismos que pasarán por grandes estrecheces económicas les parece normal que un futbolista cobre esa fortuna y se queje; entiendo que sean grandes forofos, a mí también me gusta futbol, y entiendo que Messi es un pequeño engranaje en una gran industria mediática y de equipamientos deportivos, y me sigue pareciendo una inmoralidad lo que gana aunque sea el mejor del mundo, o de la historia.

Asimismo, y no menos pernicioso, es el hecho de que no existe necesidad de cumplir los contratos en el mundo del futbol. Transmitir ese mensaje es terrible para la
sociedad. Los contratos deben cumplirse y el no hacerlo debe tener consecuencias. Si se educa, los futbolistas en el fondo son referentes, en la cultura que incumplir los compromisos no tiene importancia y que además no tiene consecuencias este país, el grande y el pequeño, se acabarán de hundir.

Estamos acostumbrados y aceptamos que determinados futbolistas ganen esas cantidades, pero ¿qué debe hacer un empresario para ganar los mismo?, arriesgar su patrimonio y fácilmente tener conflicto con sus trabajadores que amparados por las hordas de Podemos le consideran un explotar; hay que saber que sólo desde el esfuerzo de la empresa privada este país, el grande y el pequeño, saldrán adelante a pesar de los Gobiernos de turno que sólo ponen pegas y palos en las ruedas.

Hablando de Podemos imagino que vivir en un chalet debe ser extraordinario, así como tener coche con chófer y gente de seguridad que te rodea y te llaman ministra o
vicepresidente así como pisar las moquetas mullidas y visitar los restaurantes más selectos del país, esta vida de ensueño es a la que no quiere renunciar el señor Iglesias y señora pues de momento han renunciado a su comunista proyecto de una gran banca pública para tragarse una fusión bancaria a todas luces beneficiosa. Tragarán con una reducción de sueldos de funcionarios así como con la reducción de los derechos sociales a los pensionistas, pero en ningún caso a afectará su “austero” modo de vida.

Nunca he tenido chalet, ni dinero ni poder, sólo tengo mi libertad y mi independencia, y cuando veo al Vicepresidente Iglesias y otros colegas suyos que venden y traicionan a los que les auparon a través de los movimientos 15M pienso que estoy ante un tipo sin escrúpulos que nos dirá que sigue en el cargo para conseguir una República bolivariana, cuando lo que vemos es un traidor que sólo se preocupa de su bienestar. Todo eso, esas mentiras, esas traiciones, esos hombres estafados, tan sólo por dinero. Quizás Messi e Iglesias no se diferencian tanto, si bien uno en lo suyo es el mejor del mundo. Feliz martes de lluvia.

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