Recientemente hemos sabido, por la prensa, que la investigación judicial llevada a cabo a raíz de la malograda muerte del joven senegalés Alpha Pam ha concluido y la sentencia ha sido: no existió delito.
La magistrada ha sido taxativa: no hay delito de homicidio imprudente ni mucho menos omisión de prestación sanitaria. El paciente fue atendido de forma adecuada según los requisitos de la lex artis. Hay que recordar que ya había una sentencia previa en este sentido.
La noticia ha salido en dosis homeopáticas, casi de tapadillo y uno recuerda los titulares pomposos y dramáticos que ocuparon media tonelada de litros de tinta en diversos medios. La tralla mediática fue inmesicorde durante varios días. La instrumentalización de aquella muerte contra los políticos sanitarios de aquella época fue de órdago a la grande. La persecución y la cacería fueron por tierra, mar y aire, así como la estigmatización de los magníficos profesionales del hospital de Inca.
La sobreactuación perversa de algunos seudolideres políticos fue vergonzosa y obscena. Bien el tiempo y los hechos, jueces implacables han puesto a cada uno en su sitio. ¿Y ahora qué? Todavía no ha salido nadie (y mira que sabemos quiénes ejercieron de implacables acusadores) a pedir disculpas. Vaya nivelazo. Por no tener no tienen ni vergüenza torera. Ni siquiera la dirección del hospital ha salido a la palestra pública para exigir perdón y una rectificación.
Esperamos que cuando la sentencia adquiera firmeza, el auto ha sido archivado, los politicos que instrumentalizaron el caso, y realizaron el acoso por tierra , mar y aire , a los responsables sanitarios y al hospital de Inca , tengan vergüenza torera y haga acto de contrición publica. No todo vale.
Simebal desde el primer momento defendió y apoyo la excelencia profesional del colectivo médico del hospital y ahora cuando la justicia ha hecho justicia, aprovechamos para felicitar y dar la enhorabuena a nuestros colegas. Nunca dudamos de vosotros. Ara tocaría que los partidos políticos que politizaron la sanidad, salieran pidiendo perdón. Mucho me temo que no lo harán. Más aun con que no sigan politizándola me conformo.
Aupa una sanidad pública de calidad que debe de prevalecer sobre intereses partidistas e ideológicos.




