Imagínense a ese pobre hombre, en gayumbos, sudando como una sepia en el horno a pesar de estar recién salido de la ducha, sentado frente a la pantalla del ordenador, con su presbicia galopante que cada vez le hace más difícil distinguir las teclas del ordenador… Sí, soy yo. Se lo cuento para que se hagan a la idea de que esa milonga de la vida del escritor bohemio con su pluma, su copa de absenta, en una buhardilla en Montmartre, es eso, una milonga. La vida de escritor es una puta miseria. Pero no me quejo, ni del calor que parece un castigo divino o infernal —¿quién sabe?—, de las ventas de mis libros, ni de mi trabajo…. No me quejo de nada porque España va bien y Mallorca, de puta madre.
Fíjense si España y Mallorca van tan requetebién que ha venido el Rey a vernos, con la parienta, la prole y la suegra, ahí es nada. Arriquitaun, qué alegría, que diría si fuera gaditano. Como nuestro mundo es maravilloso han ido a ver al Rey nuestros picatostes, los que mandan. El Rey manda más bien poco, pero han ido a verlo igual y se supone que será para explicarle cómo andan las cosas por aquí y pedirle algo, a ver si puede arrimar un poco el hombro. Antes los reyes te pedían el diezmo —o más cuando la cosa iba magra— y les mandabas a las crías a palacio cuando sangraban para que las acabara de hacer mujeres. Por fortuna, las cosas han cambiado, en estos tiempos al Rey se le piden cosas. Como en Mallorca todo está tan cojonudamente cojonudo no han tenido que pedirle nada. Así nuestra maestra del cante jondo, a la que nunca le falta un quejío —o se ríe de todo porque creo que es ciclotímica— le ha contado al Rey lo contentísimos que estamos los mallorquines y los turistas que nos visitan —y que no le gustan demasiado— con los jardines de Marivent. La Paca de Inca le ha dicho que los jardines están maravillosos, que eso de mancillarlos con las esculturas de Miró —que no nos engañemos, son feas de cojones— los han dejado que ni Versalles, oigan.
Después de la Paca de Inca ha ido Balti, el tío enrollao del Parlamento, que no tenía más remedio que ir porque él es tan republicano que se hace llamar Balti porque Baltasar suena a rey mago, eso que no es ni una cosa ni la otra. Y Balti también entiende que Mallorca está tan, tan, tan guay que se ha puesto a hablar de Cataluña y de lo mal que lo están pasando los pobrecitos «presos políticos». Como dice Balti que no se expresa muy bien en castellano, debe ser que tampoco lo entiende porque salió del despacho real contando no sé qué tonterías de que el Rey era Ghandi, o algo así, o de que se había metido a ingeniero y se iba a poner a construir puentes…. Un galimatías que ni él mismo entiende. Pero es buen tío, joder, que sí, no se lo tengan en cuenta. Miren si es buen tío que le llaman al orden los indepes y se pone firme, aunque también es cierto que les dio esquinazo. ¿Lo ven? Si es que es buen tío.
Nos van tan bien las cosas que hasta nos sobre el Rey. ¿Pa qué carajo viene? Con lo bien que estamos en Mallorca sin la puñetera Copa del Rey, sin turistas, sin forasters… A ver si entiende que sobran, que a nosotros nos va muy bien con los almendros y las ovejas, y las alcaparras que vendemos como nuestras cuando las importamos de Marruecos… Tenemos una economía de primera, somos la envidia del Tercer Mundo, a los perros los atamos con butifarrones que encordamos con cristalitos de Swaroski, blancos si son normales y rojos si son coents. Nos va tan bien que la Playa de Palma en lugar de Hamburgo ya parece Sierra Leona. Eso es el futuro, coño. Y claro, con tanta manta y tanta chuminada, la Jhardi se sulivella y debe pensar qué los comerciantes son como los malvados kulaks, esos campesinos rusos que por tener una vaca y cuatro gallinas eran terratenientes y los mandaban de paseo a Siberia a ponerlos a dieta y refrescarles las ideas.
España va bien y Mallorca, de puta madre. Para no fastidiarle el espejismo a nadie no voy a hablar del honorable primer puesto de Baleares en la educación, ni del problema que tenemos con la inmigración —aunque lo justo sería decir que el problema gordo lo tienen en su casa los pobrecitos que vienen aquí a mal buscarse la vida—, ni de que el país se nos descuajaringa por los cuatro costados, ni de los 38.000 ninis que viven en las islas en plan mariscal de campo, ni de las 22.000 familias con todos sus miembros en el paro… ¿Para qué? No hombre, no jodamos, que tenemos batucadas, dimonis y castellers a reventar para contaminar todos los botellones populares. Y los Des Güell a Lluc a Peu, que se jodan, por mallorquines, que ya lo montamos el año que viene como Pompeu Fabra manda.
No, no voy a hablarles de la mierda que nos llega a las orejas. Esa sería otra historia…





