Redacción, gramática y sintaxis aparte, el comunicado emitido por el Mallorca para ratificar a Molango y Recio, aceptar la dimisión lógica de Monti Galmés y, de paso, anunciar la contratación de Vicente Moreno, es de traca.
Las conclusiones, coma arriba o punto abajo, vienen a ser que, aunque se han hecho las cosas mal deportivamente y de las económicas y sociales ni hablamos, su principales causantes cuentan con la confianza de la propiedad.
De otro lado se busca a tonto integral dispuesto a sentarse en el palco cada partido para recibir los pitos de rigor porque Maheta Molango es demasiado pasional para eso, viajar a lugares tan interesantes como Sagunto, Gavá, Badalona o Son Malferit y firmar como presidente las actas de las reuniones del consejo de administración o documentos inherentes que sean necesarios. Sueldo a convenir.
Al nuevo entrenador, que es lo de menos, lo han elegido los mismos a quienes a lo largo del comunicado responsabilizamos de las malas decisiones tomadas. Y a la afición le pedimos perdón y que le dén.
Por descontado nadie le preguntó al CEO si le han conservado el sueldo, cuál es el futuro de Iván Campo, el de los ojeadores con salario, el la oficina de representación de Juan Mata, el presupuesto para la próxima temporada o si en algún momento se planteó dimitir. Al contrario, se permitió afirmar que cuando en su primera rueda de prensa posterior al descenso solamente se refirió a competir y se negó a hablar del ascenso como objetivo, lo hizo por dejar claro que "para ascender primero hay que competir". Y nadie abrió la boca, claro.
En mi próxima vida quiero tener unos jefes así de comprensivos y generosos.