No quería pasar por alto unas palabras pronunciadas por Biel Barceló, líder del PSM, en la noche electoral. Barceló advertía al PP que no tenía todo el apoyo de los ciudadanos de Baleares y que, por lo tanto, estaba obligado a gobernar para todos. Realmente es un planteamiento lógico. De hecho, cualquier político que gana unas elecciones debe pensar en el conjunto de los ciudadanos y no solo en sus votantes. Barceló argumentaba que dos de cada tres posibles votantes no había apoyado al PP. Aplicando la misma regla de tres, diríamos que sólo uno de cada diez votantes ha apoyado la opción que defiende Barceló, que ha gobernado durante cuatro años en Govern, Consell de Mallorca y Ayuntamiento de Palma. No podría decirse que "gobernar para todos" haya sido la principal preocupación de Barceló y su partido en esta legislatura que ha acabado. Por el contrario, el desaparecido Bloc ha gobernado para sus militantes y ha despreciado a todos aquellos que no piensan igual que ellos en cuestiones como la lengua o la protección del territorio. A la hora de pedir al PP que gobierne para todos, Barceló debería hacer un poco de autocrítica.
