Uno dice que lo soñó, otro que estaba previsto. “Si resistimos hasta el minuto 80 con empate, en los últimos diez minutos les ganamos”, se afirma que así motivó Tito García Sanjuan a los jugadores del Formentera. Calderón de la Barca se olvidó de escribir que, aunque los sueños, sueños son, a veces se cumplen. El triunfo del modesto equipo de la más pequeña de las Pitiusas encierra varias lecturas. Esconde que el fútbol que nos cuentan cada día los medios de comunicación es pura mentira y que Messi, Neymar, Cristiano y el resto de la corte celestial de millonarios del balón no son ya no imprescindibles, sino ni siquiera necesarios. Forman parte del engranaje de este inmenso teatro en el que los derechos de una fotografía protocolaria de uno de ellos vale más que lo que cobrarán los jugadores del Municipal de Sant Francesc en cinco años, más aun lo que cuesta todo el club en el período de un lustro o dos.
Otra lección a aprender reside en la propia competición. Después de los repetidos fracasos de los intocables Barcelona y Real Madrid ante rivales como el Toledo o el Novelda, los grandes impusieron un sistema de doble partido en el que, obligatoriamente, la vuelta tenía que disputarse en el campo del más grande. Ni esto les ha servido. Otra deuda en la gestión de la Federación Española de Fútbol, genuflexa frente al poder de los clubs de la Liga de Fútbol Profesional, precisamente los que no controla. Hay que ser torpe no, lo siguiente.
Pasen de proclamar a los cuatro vientos las virtudes deportivas del modesto vencedor. El Formentera que algunos han descubierto ahora no es tan bueno, probablemente no estará en un play off de ascenso y luchará para evitar su regreso a tercera división. Si jugara esta misma eliminatoria cien veces, casi seguro no la volvería a ganar ni en una. Esta no es la cuestión. Lo que es preciso aventar es que de no cambiar el rumbo de las cosas, el fútbol que prevalecerá será el de los humildes, pobres si se quiere, no el de las estrellas, por no hablar de aquellos que solo se creen serlo aunque les falten muchas cualidades y toda la modestia.






