Baleares es la comunidad española con la tasa más alta de abandono escolar. Es decir, nuestros jóvenes no quieren estudiar. Para qué, se preguntan si no hay trabajo, el que hay es de mierda y los sueldos son para esclavos.
Si analizamos los datos del ministerio de Educación, la encuesta da para muchas reflexiones. Por una lado, los padres. Deberíamos enseñar a los padres a ser padres, para que pudiesen enseñar a sus hijos la necesidad de formase intelectualmente y laboralmente. Si los padres son los primeros que pasan, es lógico que los hijos también. Deberíamos enseñar a los maestros y profesores a recuperar el espíritu que los identificaba como el ejemplo de vocación. Vocación de servicio a los chicos y a la sociedad que los ponen en sus manos. Deberíamos enseñar a los políticos que su responsabilidad es ofrecer el mejor modelo educativo, adaptado a al realidad social, a la demanda laboral y a los objetivos de futuro que desea toda sociedad. Deberíamos enseñar a los empresarios a utilizar su capital, su esfuerzo y sus ideas en crear puestos de trabajo especializados y bien pagados. Y deberíamos reflexionar sobre el problema principal que refleja la encuesta: los alumnos no nacionales. En Baleares, la mitad de los alumnos son nacidos en otros países, En su casa se hablan otros idiomas distintos a los que utilizamos como modelo. No entienden el castellano y menos el catalán. El inglés a duras penas, y son los primeros en abandonar sus estudios. Esa es la razón real de la tasa de abandono escolar en las islas. Es cierto, que también dejan de estudiar muchos jóvenes españoles, sobre todo de familias humildes, criados en ambientes rebeldes y contestatarios. Exactamente lo mismo que en los barrios periféricos de París. Y ya hemos visto cual puede ser su futuro.
Y una última reflexión, la encuesta explica que en Galicia, ha cambiado el problema. Ahora ha bajado a la mitad la tasa de abandono. Justo a la vez que ha aumentado la oferta laboral para trabajadores especializados. Si hay trabajo bien pagado, el joven se esfuerza por conseguir un título o una especialización profesional.
Y ese es el problema endémico de estas islas: el modelo productivo que se basa en el sector servicios, con mucha demanda laboral que provoca una oferta precaria. Poco sueldo y menos futuro.
Qué tendrá Galicia que no tengamos en Baleares.