La detallada información publicada por este digital sobre los fondos que el Govern de les Illes Balears destinó a la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), más de 2,1 millones de euros entre 2015 y 2023, revela que el Ejecutivo autonómico presido por Francina Armengol e integrado por PSOE y Més per Mallorca en la legislatura 2015-2019; y por PSOE, Més per Mallorca y Unidas Podemos, durante la última legislatura 2019-2023, aportó grandes sumas de dinero a dicha agencia que, según informa en su web, proporciona asistencia a 5,9 millones de refugiados palestinos.
Sus ingresos provienen en un 67 por ciento de las administraciones públicas; un 16 por ciento de alianzas con empresas, fundaciones e instituciones y financiación de UNRWA internacional; y el 17 por ciento restante proviene de socios y donantes. En 2022 el comité español de la UNRWA ingresó 11.018.113 euros, de los cuales 220.000 euros provinieron del govern de Armengol.
Un total de 125.000 euros fueron para salud materno-infantil de las mujeres refugiadas de Palestina. Otros 60.000 euros se dedicaron a cestas de alimentos para la población más vulnerable de Gaza. Y otros 35.000 euros se destinaron, y esto llama mucho la atención, al programa ‘Palestina en escena: teatro social por la población refugiada de Palestina’.
El pasado martes 20 de junio, día mundial de las personas refugiadas, se celebró en el Espai Jove de Ciutat Antiga de Palma, una formación en teatro social donde, de la mano de una experta en género y teatro, se dieron a conocer herramientas teatrales “para sensibilizar a nuestro entorno, desmontar prejuicios y estereotipos, y defender los derechos humanos de los más de 5,9 millones de personas refugiadas en Palestina”, reza la propia web de la entidad.
Puede entenderse que se destine dinero público a rehabilitar viviendas destruidas, o a proporcionar alimentos, o salud materno-infantil. Pero cuesta aceptar que el Govern utilice el dinero de los impuestos de todos los ciudadanos a un taller de “teatro social” en Palma. Más parece una burla, si no es algo peor. Esta frivolidad en el uso del dinero público es insultante, sobre todo si se tienen en cuenta las necesidades de los refugiados palestinos.
Es por ello que hace bien el Partido Popular en exigir que se revisen las ayudas concedidas por el Govern del Pacte en los últimos ocho años para Gaza, pues existe la sospecha fundada de que hayan podido sufragarse actividades muy alejadas de aquello que se supone que debe ser financiado en concepto de ayuda humanitaria o programas de desarrollo. Y, desde luego, no ha de pagarse ni un céntimo más a la agencia UNRWA sin que se haya comprobado la utilidad de los programas financiados, lo que no incluye en ningún caso el ‘teatro social’ en el Espai Jove Ciutat Antiga, pues no se alcanza a comprender de qué modo una actividad así pueda resultar beneficiosa o de algún provecho para los 5,9 millones de refugiados palestinos.





