El Gobierno ha modificado por Real Decreto las bases de cotización social, incorporando las retribuciones no dinerarias al salario. Son conocidas popularmente como pagos en especie y han gozado hasta la fecha, de unas discretas protecciones para la empresa y para el trabajador que han estimulado su uso Ni que decir tiene que eran un aliciente para la economía.
Las retribuciones en especie más representativas son los planes de pensión empresariales, las dietas de manutención y los seguros de enfermedad. Las aportaciones no sujetas a cotización estaban acotadas en unos márgenes prudentes - 9 € día para la comida y las aportaciones a los seguros de salud hasta los 500€-. Potenciaban los comedores de trabajo y la actividad económica que les envuelve. Aumentaban la actividad sanitaria privada, mejorando la capacidad de elección, los puestos de trabajo y contribuían a descargar la ya de por si saturada sanidad pública. A su vez, dinamizaban los planes de jubilación aportando un grado de seguridad y confort a las expectativas de futuro de las unidades familiares.
Desde el punto de vista empresarial provocará, con toda probabilidad, una reducción de los activos directos dedicados a estos apartados. En estos dos últimos años ya han disminuido un 10%. Para el trabajador representará un aumento de las retenciones directas y un menoscabo a su renta disponible. Provocará una clara desinversión de los sistemas de previsión social complementaria.
La reforma ha sido tildado por representantes sectoriales como terriblemente injusta. Y razones no les faltan. El necesario ánimo recaudatorio debe estar sujeto al análisis riguroso de sus efectos colaterales. En este caso, castiga el ahorro para la jubilación y la reserva familiar; algunos ciudadanos pagaran la cobertura asistencial por tres vías. No, no es justo y hace albergar muchas dudas sobre que el resultado global de la medida. De entrada, las primeras cifras ya no cuadran. Se apuntan unos ingresos previstos de 900 millones de € y las empresas estiman los costes directos superiores a los 2.500.





