Cuando el paso de los años nos permite asomarnos con perspectiva a la etapa escolar, podemos darnos cuenta que, en ocasiones, nuestros profesores impartieron, con su ejemplo, algunas lecciones magistrales fuera de los texto académicos. Estas últimas semanas, los docentes de las Illes Balears están dando una lección de dignidad al mundo entero. No en vano, la manifestación del pasado domingo tuvo eco en medios internacionales que, distantes de la ceguera interesada del Govern, pusieron de relieve la importancia sociológica de 100.000 personas recorriendo las calles de Palma. Pero la lección de los docentes va más allá de la dignidad. Están mostrando una capacidad de gestión ejemplar del conflicto al que nos ha abocado un Govern ciego, sordo y mudo. Bueno, mudo no. El Govern, con la inestimable ayuda de sus talibanes de cámara, no se ha privado de ponerse a sí mismo en evidencia con declaraciones y actuaciones casi pueriles. De las listas de huelguistas hasta las amenazas de intervención del "Tribunal de Menores", las meteduras de pata son incontables. Pero la que más me ha impactado fue la de una responsable de comunicación que, cuando ya se intuía el éxito de la manifestación de día 29 de setiembre, no tuvo otra ocurrencia que lanzar en las redes sociales el mensaje "la manifestación es contra el PP". Hace falta una preparación muy precaria en comunicación para cargarte a la espalda una protesta cuando se intuye de antemano su éxito. Con ello no quiero quitar mérito a la Assemblea de Docents, que ha sido capaz, día tras día, de ganar la partida a un Govern estratégicamente despistado, dando tumbos en su política de comunicación e incapaz de aplicar otro método que el "manu militari" o, en este caso, el "manu apotecari". La última estrategia docente se me antoja sublime: volvemos a las aulas manteniendo la huelga convocada. Con ello vuelven a dejar al Govern desorientado, sin el demagógico argumento de "els fillets". En fin, docentes, gracias por la lección de dignidad y por revelar la inutilidad de la legión de asesores, jefes de prensa, estrategas de medio pelo y enchufados varios. Ni los padres ni nuestros hijos vamos a olvidarlo nunca.





