Muchas veces me da la sensación que, aunque algunos nos acusen de radicales o extremistas, en realidad somos un gran grupo (120.000 en el último recuento) de idealistas. Idealistas porque todavía creemos en la democracia, en la importancia de la participación, en el valor de la movilización, en la Justicia… Sin embargo, lamentablemente, existe también un gran número de representantes políticos que sólo recuerdan las excelencias de la democracia cada cuatro años, cuando tienen que ser elegidos. Una democracia, por cierto, a la que algunos de los que esta semana echaban por tierra la participación popular, le deberían estar agradecidísimos porque si no fuera por ella nunca podrían haber alcanzado cargos de alta responsabilidad, porque si hubieran tenido que hacer una oposición nunca habría tenido la capacidad para aprobarla. Pues bien, estos son los primeros que vapulean una democracia donde todo el mundo pueda expresar sus ideas, donde no todo se limite a votar cada cuatro años. Y es que, en realidad, toda persona, sea de derechas o de izquierdas, nacionalista española o nacionalista mallorquina, que piensa que una mayoría absoluta es un cheque en blanco para hacer lo que quieran, no es demócrata, es un absolutista que ya le iría bien una dictadura siempre que él mandase. Y los de la camiseta verde y el cirio en la mano felices y contentos porque, tras el éxito de la manifestación más importante de la historia de Mallorca, esperaban que los que mandan de verdad escucharían el clamor ciudadano. ¿Clamor ciudadano, m’has dit? Mayoría silenciosa!! Ahora resulta que en una manifestación lo más importante son los que no se manifiestan. Y por esa regla de tres, cuando 40.000 personas salieron a la calle para protestar por el asesinato de Blanco, ¿debemos entender que los otros 960.000 mallorquines estaban a favor de ETA? ¿O en algunos casos la mayoría silenciosa cuenta y en otros no? Y, finalmente por hoy, la sentencia del Constitucional que nos dice que para ser funcionario en Baleares no hace falta saber catalán. A ver, ¿estamos o no estamos a favor del bilingüismo o el trilingüismo? Ahora sí, ahora no, esquizofrenia continua. Por cierto, que seguro que no tiene ninguna influencia que el Presidente de alto tribunal tenga carnet de un partido político, claro. De eso también deberíamos darnos cuenta, observemos los comportamientos judiciales en Madrid, Andalucía y Baleares. Aquí, por ejemplo, precintaron un partido político. ¿Allí también lo han hecho (Caso Bárcenas y ERES)? La respuesta es clara, no. ¿Por qué? Porque Baleares somos el culo de España. La semana que viene lo contaremos.





