Imaginación y emoción

La Televisión Española de estos últimos tiempos da algunas veces sorpresas útiles. Me ha sucedido esta semana viendo capítulos nuevos y recuperados de esa magnífica producción llamada "Ochéntame otra vez" con la que a los de mi generación se nos salta la lagrimita reviviendo momentos inolvidables de aquella prodigiosa década en España. La "Movida" (la madrileña, la catalan, la gallega, la valenciana, etc.) son el hilo conductor, pero en cada capítulo monográfico se repasan los aspectos políticos y sociales de la época.

El programa sirve para recordarnos que España ha vivido antes otras crisis económicas (no tan profundas como la actual, es cierto), y que de todas ha salido. Y sirve también para hacernos ver que cada vez se ha utilizado desde la sociedad una receta distinta para salir adelante.

Cerca ya de 1.990, España entraba en un proceso de destrucción brutal de puestos de trabajo a partir de las reconversiones de los astilleros gallegos (luego vendrían los andaluces). la crisis del petróleo hizo que durante 4 años este país se acercara mucho a la miseria. El paro juvenil era -como ahora- absolutamente inasumible.

Testigos de la época subrayan que, a pesar de la crisis y del paro juvenil, esos jóvenes le echaron imaginación y emoción a su vida. El arte y la cultura se llenaron de ambas cosas. De ahí el tirón. De ahí parte de la recuperación.

Imaginación y emoción es lo que encuentro a faltar en esa más de la mitad de jóvenes parados que hay en España. ahora como entonces nadie veía un futuro ni un porvenir. Entonces, se armaron de estos dos elementos que subrayo. Hoy no se arman de ninguno (ni-nis).

Seguramente, la gran diferencia entre una generación y otra con los mismos problemas esté en los valores. Hagan memoria y recordarán que en plena burbuja de bienestar ya criticábamos lo indolentes que eran los jóvenes españoles: todo les estaba resultando demasiado fácil, les daba igual todo y habían renunciado a valores básicos. la crisis les cogió con los pantalones de los valores a la altura de los tobillos.

Eso explicaría la falta de reacción de buena parte de esta masa social. No futuro-no perspectivas.

Imaginaicón y emoción les vendría bien. en aquella ocasión, el arte, la música y la cultura en general fueron el huerto donde cultivar. ahora no podrían. No al menos con el IVA cultural al 21%.

 

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