Informe Pisa: Sensatez

Es cierto que el informe Pisa 2012 no es halagüeño para el sistema educativo balear. Estamos a la cola de España junto con Andalucía y Extremadura en los principales parámetros docentes conforme al estudio realizado en estudiantes de quince años. Pero sería un error convertir estos datos (no muy alejados de la media española) en arma arrojadiza teñida de partidismo político. Constituiría una enorme equivocación entrar en los linderos de la demagogia en pos de objetivos ideológicos de clara paternidad reaccionaria.

Para comprender los parámetros de Pisa lo primero que hay que analizar es la estructura económica y sociológica de las Baleares. Nos hallamos en un territorio pequeño y fragmentado en islas que entre principios de los años noventa y hasta hace muy pocos años experimentó un "boom" migratorio increíble, que para otras comunidades se habría convertido en insostenible. La población creció en unas 250.000 personas. Llegaron gentes de Africa, de Lationamérica, de los países del Este de Europa, ante la esperanza de una vida mejor.

Desde mediados de los noventa hasta el 2007 la construcción era una locomotora imparable que exigía mucha mano de obra no cualificada.  A su vez, sobre todo durante las dos etapas de Jaume Matas, las obras públicas se dispararon: Pla Mirall, autopistas, Metro...Muchos de estos emigrantes llegaron con sus hijos o los tuvieron aquí. La estructura educativa pública asumía e integraba alumnos sin parar, a menudo a mitad de curso. Los docentes realizaron un esfuerzo titánico para atender aquella demanda imparable. Los efectos de aquella dinámica perduran hasta nuestros días. Con la diferencia que ahora muchos de los que creyeron llegar al paraíso asumiendo trabajos no cualificados, se encuentran muchos ahora sin trabajo o se aferran a subempleos que les permiten subsistir. Tal precariedad social también se transmite a las escuelas.

La clave del éxito educativo tiene dos ejes, a partir de los cuales se derivan las competencias de los alumnos. El eje esencial es el hogar. El otro es el docente. Si en las casas no existe la cultura del amor al estudio, al perfeccionamiento personal y la asunción de la vida como un proceso de crecimiento intelectual, difícilmente la escuela podrá suplir del todo esta disfunción de base. Los niños y los jóvenes se mueven por el ejemplo. El ejemplo es el espejo que mueve a los seres humanos. Y en infinidad de hogares ha imperado durante muchos lustros la cultura del consumismo irreflexivo, del dinero fácil de la época de las vagas gordas, de respetar -si no alentar- el deseo filial de abandonar los estudios cuando conseguían el primer trabajo no cualificado.  Y eso se traduce también en el bajo rendimiento de las aulas, una dinámica muy difícil de parar, que perdurará durante años. Hará falta mucho empuje tanto de las instituciones como del cuerpo docente para superar esta dinámica y alcanzar a los niveles que serían deseables para la Unión Europea.

Pero para conseguirlo hay que dejar de lado los bajos instintos y las manipulaciones. Los hay que culpan del fracaso escolar balear a la progresiva introducción del catalán en el sistema educativo público y concertado de Baleares. Se equivocan.  La lengua propia es un excelente instrumento de integración, de compromiso con una cultura compartida, compartible y compatible con todos los que quieran sumarse al esfuerzo colectivo desde una perspectiva de cohesión social. Son los valores que, a la postre, crean ciudadanos hechos y derechos, iguales ante la ley procedan de donde procedan ellos o sus progenitores. En definitiva, personas y familias que aman el conocimiento y aspiran a una existencia ligada al constante mejoramiento personal que tiene su inexcusable inicio en las escuelas.

Estos objetivos pasan por respetar, dignificar y fortalecer a los docentes, por valorar el extraordinario trabajo vocacional que desarrollan, por escuchar y atender sus peticiones desde el reconocimiento a su notable cualificación técnica y a su sólida experiencia. Este objetivo pasa por ayudarles y no por denigrarles. Quienes les ofenden o les critican se autorretratan. son los que querrían una sociedad llena de incultos e iletrados, mucho más fácil de manejar.

Es innoble invocar en falso el informe Pisa para atacar a los profesores cuando en realidad lo que se busca es cortar las alas a los únicos que pueden conseguir, con mucho esfuerzo y sacrificio, que dentro de unos años una sociedad receptora de constantes flujos de migración procedentes de todo el planeta pueda poderse al nivel educativo de la media europea.

Sería un milagro que nuestros magníficos maestros y profesores consiguiesen este anhelo en pocos años. Pero estamos seguros de que con la ayuda de todos, lo conseguirán.

 

 

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