La publicación esta semana por mallorcadiario.com del chat interno de Podem en Balears nos ha descubierto -para muchos, lo ha ratificado- una forma muy particular de hacer las cosas por parte de la dirección de esta formación política. Un talante que, visto lo visto, no pasa ni por la negociación ni por el diálogo interno. Añadamos a lo que hemos leído las duras afirmaciones y acusaciones de Xelo Huertas y Montse Seijas contra el líder de la formación, Alberto Jarabo, en sus escritos de alegación a la expulsión teporal del partido que sufren.
La imagen pública del tándem Jarabo-Camargo recuerda mucho a la de las famosas parejas formadas por un poli bueno y un poli malo de las películas. Él siempre sonriente, afable en el trato en las distancias cortas y sin vértices estéticos agresivos. Camargo es todo lo contrario. Nadie recuerda una sonrisa de la portavoz parlamentaria y sus declaraciones son siempre más duras y enrocadas con titulares alarmistas muy bien pensados. Es la del puñetazo en la mesa.
Estas son las cabezas de Podemos. Y, dentro, tres bandos: los -cada vez menos- afines a Jarabo, los -también cada vez menos- afines a Camargo, y los que no quieren seguir bajo la dirección de ninguno de ambos.
Madrid ha empezado a hacer preguntas sobre la dirección de Podem en Balears. Estaban obligados a hacerlo tras toda la suciedad que emplieza a subir a la superficie. Como ya se escribió desde este recuadro, Jarabo y Camargo no calcularon bien las consecuencias del disparo a Huertas, Bachiller y Seijas. ¿Un tiro en el pie?
A todas estas, Huertas se come los turrones como presidenta del Parlament.