¿Cómo valora estos dos años al frente del área de Turismo del Consell de Mallorca?
- Han sido dos años muy intensos, en los que hemos tenido que construir prácticamente desde cero una nueva estructura para gestionar el turismo en Mallorca. La actividad turística es el motor que ha llevado a esta isla de una economía de subsistencia a una economía líder, con todo lo bueno y lo malo que eso implica. Mi objetivo principal ha sido ordenar las competencias que se transfirieron en marzo de 2022 y crear un sistema de gestión que sea eficaz y adaptado a la realidad actual.
¿Qué encontraron al llegar en julio de 2023?
- La transferencia de competencias se había hecho sin un plan claro de organización. El personal y los recursos estaban repartidos en cuatro ubicaciones diferentes, lo que dificultaba muchísimo la coordinación interna. La primera tarea fue identificar qué había, cómo se había hecho la transferencia y reorganizar el equipo. Hoy hemos conseguido reunir a todo el personal en un solo edificio, La Misericòrdia, que ahora es el centro neurálgico para cualquier asunto relacionado con la normativa turística. Esto facilita la atención ciudadana y mejora la eficiencia interna.
¿Qué es exactamente el proyecto Mallorca Bitácora?
- Mallorca Bitácora es el modelo de gestión turística que estamos implementando, y que empecé a diseñar prácticamente sobre una hoja en blanco en agosto del año pasado. La idea viene de la bitácora náutica que usaban los navegantes para registrar y adaptarse a los cambios constantes del mar. En nuestro caso, navegamos en un entorno muy incierto, por lo que necesitamos una administración resiliente, ágil y capaz de adaptarse con rapidez a las circunstancias cambiantes.

¿Qué medidas concretas incluye este proyecto?
- Entre otras cosas, hemos reestructurado el departamento de turismo para mejorar la coordinación entre inspección, sanciones y servicios técnicos. Hemos creado una unidad de gobernanza que pone a los municipios en el centro de la gestión turística, porque la colaboración local es fundamental. Además, estamos llevando a cabo una reforma profunda de la Fundación Mallorca Turismo para que también sea un actor clave en esta estrategia.
¿Qué novedades hay en el sistema de inspecciones turísticas?
- Nos encontramos con un sistema muy débil para detectar y sancionar irregularidades. La respuesta era lenta y poco eficaz, lo que generaba impunidad en muchos casos. Por eso hemos dividido el área de inspección en dos: una que controla la oferta reglada y otra la oferta no reglada. Además, hemos solicitado fondos del Impuesto del Turismo Sostenible por valor de 4 millones de euros para incorporar tecnología que nos permita detectar ilegalidades en las plataformas online y para aumentar el número de inspecciones a 3.000 en 2025. También hemos reducido la proporción entre inspectores y sancionadores, pasando de uno por cada siete a uno por cada cuatro, y nuestra intención es llegar a uno por cada tres para agilizar aún más los procesos.
¿El objetivo es aumentar las inspecciones o consolidar el modelo?
- Ambas cosas. Por supuesto queremos aumentar la eficacia y el número de inspecciones, pero también queremos consolidar un modelo de gestión que funcione, que se pueda evaluar y mejorar con el tiempo. No se trata solo de hacer más inspecciones, sino de tener una estructura sostenible y eficiente a largo plazo.
Sobre las plazas turísticas, ¿hay planes para aumentar su número?
- No. Actualmente contamos con entre 410.000 y 412.000 plazas turísticas. El Plan de Intervención en Ámbitos Turísticos (PIAT) aprobado en 2020 establece una capacidad máxima de 430.000 plazas. Se creó una bolsa de casi 80.000 plazas, que fue la primera vez que se dividió entre hoteleros y viviendas vacacionales, pero el Consell ha sido muy claro: no se van a otorgar nuevas plazas más allá de lo previsto en el PIAT.

¿Cómo definiría el papel del Consell en la gestión turística con Mallorca Bitácora?
- El Consell no es el sector privado ni está para competir con él. Nuestra función es facilitar la convivencia entre todos los actores y garantizar que el desarrollo turístico sea sostenible y ordenado. Mallorca Bitácora es un modelo basado en la coordinación, la sostenibilidad y una visión transversal que integra a los municipios y mejora la gestión pública. Queremos que el Consell sea la bitácora de la gestión turística en Mallorca, un referente para navegar con éxito en un entorno cambiante.
¿Cómo se está trabajando con las plataformas como Airbnb para combatir el alquiler turístico ilegal?
- Ya estamos trabajando con ellas. Estamos viendo cómo gestionamos una comunicación directa, que sea tecnológica, aunque no es fácil cuando la prestación está ya preparada. En breve creo que cerraremos un convenio importante, en la misma línea que Ibiza, aunque Ibiza nos lleva cuatro años de ventaja. Queremos que las plataformas sean sensibles a que esta isla no puede soportar más presión y que tenemos que luchar contra el alquiler ilegal. También colaboramos con el Ministerio en el registro de alquileres, y con la Agencia Tributaria para mejorar la gestión de sanciones y tener más información para actuar con eficiencia.
Se dice que hay muchas formas de saltarse las normas en estas plataformas, como publicar anuncios ilegales en determinadas horas y luego borrarlos. ¿El convenio con Airbnb aborda este problema?
- Fundamentalmente, lo que les pedimos a las plataformas es que exijan el código de registro turístico, igual que se lo pedimos a las inmobiliarias. La herramienta para trabajar con ellas es clara: no permitir anuncios que no sean legales. Si se cumple eso, da igual a qué hora se suba el anuncio, el anuncio ilegal no aparecerá. En cualquier caso, estamos desarrollando nuestro propio sistema de monitorización, para poder comprobar entradas, salidas y horarios, aunque no es fácil.
¿Qué opinión tiene sobre el decreto del Ministerio del Interior, conocido como ley Marlaska, que regula la inscripción y registro de personas en alojamientos turísticos?
- Como concepto, todo lo que sea exigir a las plataformas que publiquen únicamente información legal me parece bien. Ahora bien, puedo discrepar en cómo se ha hecho. Se ha generado un código a través de los registradores de la propiedad, que debe coincidir con el nuestro, y eso genera problemas tecnológicos. Nos hubiese gustado haber podido trabajar más en ese aspecto, dada la competencia autonómica. Pero insisto, el concepto en sí lo veo positivo.
¿Qué le parece que ahora partidos de izquierda hablen de decrecimiento turístico, cuando años atrás lo negaban?
- Me parece hipócrita. Lo es desde muchas perspectivas: por el desorden que ha habido en el crecimiento del turismo durante años, por abrir el plurifamiliar al mercado turístico cuando la ley 8/2012 de Jaime Martínez lo prohibía, por la escasa presión que hubo desde otras instituciones para evitarlo, y por cómo se hizo la transferencia de competencias: sin valorar la importancia del turismo, sin preparar un espacio técnico y sin trasladar el personal suficiente. En 2011, el registro de empresas turísticas tenía unos 5.000 registros. En 2015 había 7.000 u 8.000. Cuando me reincorporé en 2023, había 19.000 registros. La carga de trabajo ha crecido muchísimo y no se transfirieron ni las herramientas ni los recursos necesarios.
¿Y cómo valora las manifestaciones contra el turismo, como la organizada por la plataforma 'Menys Turisme, Més Vida' de cara al próximo 15 de junio?
- Me parece vergonzoso. Se responde a una política de bravuconería, propia del sanchismo. Es exactamente lo que hemos visto también a nivel nacional. Aprobaron un PIAT tras siete años, luego una moratoria que no era tal, aprobaron una modificación del PTI diciendo que no había plazas pero mantuvieron las excepciones. Es un desorden. Y ahora intentan convencer a la ciudadanía de que los problemas de vivienda, movilidad o saturación son culpa del turismo. No es verdad.
¿Entonces el turismo no es el problema?
- El turismo no es el problema, es parte de la solución. Como cualquier actividad madura, tiene elementos exógenos que hay que gestionar, pero no es un chivo expiatorio. ¿Dónde estuvo la política de vivienda en los últimos ocho años? ¿Por qué no se adaptaron al crecimiento? ¿Por qué paralizaron plazas con falsedades, impulsando el alquiler ilegal? ¿Por qué no construyeron un entorno jurídico-administrativo que pudiera gestionar todo esto? Su actitud es irresponsable e hipócrita. Hablar ahora de “decrecimiento” o de “poner límites” suena bien, pero empieza por uno mismo. No va de manifestarse ni de poner policías en el aeropuerto. Va de dar soluciones y de no engañar a la ciudadanía.
Ha mencionado antes su experiencia personal con una enfermedad. ¿Por qué la utiliza como comparación?
- Porque cuando pasas por una enfermedad grave, como el cáncer que yo he tenido, entiendes que hay que ser honesto con la realidad. El especialista te dice tres cosas: no va a ser fácil, no va a ser corto y no volverás a ser el mismo. Con la sociedad pasa lo mismo. Hay que decirle la verdad: sí, hay problemas, pero también estamos trabajando para resolverlos, algo que otros, ahora en la oposición, ni se plantearon. Solo hicieron anuncios que no cumplieron y traspasaron competencias de forma irresponsable.
¿Qué medidas concretas se están tomando desde el Govern actual?
- Muchas. Por ejemplo, el Govern de Marga Prohens ha creado la Conselleria del Agua. El ITS ahora destina más de 100 millones a la mejora de canalizaciones. Se está abordando el problema del ciclo del agua, algo a lo que antes ni se destinó el 1% de los fondos. También se trabaja en generar suelo para vivienda, luchar contra la ocupación ilegal, y en contar la verdad a la ciudadanía: esto es complejo, pero hay que afrontarlo.
¿Y qué opina sobre iniciativas como el control de entrada de vehículos, ya en marcha en Ibiza y prevista en Mallorca?
- Es un paso más. No resuelve todo, pero es una medida útil. El Govern ha optado por contener, por activar la economía sin crecer en volumen, fomentando el intercambio entre particulares. Son decisiones pequeñas, pero rápidas, que preparan el terreno para una mejora a medio y largo plazo.
¿Qué más se está haciendo desde el Consell de Mallorca?
- Estamos tocando los puntos negros de movilidad, creando viales cívicos y ampliando el tema de la Vía de Cintura. Pero que nadie se engañe: el desorden de años no se arregla en uno o dos. Y lo repito: el turismo no es el problema.
¿Puede argumentarlo con datos?
- Sí. Desde el año 2000, la población de Mallorca ha pasado de 636.000 a casi un millón. En breve seremos 1,1 millones. Hemos crecido en población, en plazas turísticas (80.000 más desde 2015) y en plazas de alquiler ilegal. ¿Por qué? Porque cuando impides la economía legal, aparece el listo que opera fuera de la ley. Y eso es lo que ha pasado con la normativa anterior. Mallorca es un lugar maravilloso para vivir y visitar. Y, por cierto, según el INE, un porcentaje creciente de visitantes dice que se aloja en casa de familiares y amigos…