La Cartuja de Valldemossa, un patrimonio deteriorado

El derrumbe parcial del tejado de la Cartuja de Valldemossa no es únicamente un accidente aislado, sino la manifestación palpable de una negligencia prolongada demasiado tiempo.

Este Bien de Interés Cultural (BIC), que alberga la celda donde Fréderic Chopin y George Sand vivieron su invierno mallorquín, se desintegra lentamente ante la mirada indiferente de las autoridades.

La caída de parte de la cubierta, que ha dejado un boquete en una dependencia anexa a la Sala Capitular, ha sido calificada por la asociación ARCA como resultado de una "conservación insuficiente".

No es la primera vez que la Cartuja sufre daños estructurales; ya en 2010, una restauración reveló el deplorable estado del tejado, afectado por las inclemencias meteorológicas y la falta de mantenimiento.

La Cartuja es uno de los monumentos más visitados de Mallorca y su valor histórico y cultural es incuestionable. Sin embargo, su deterioro es un reflejo de la falta de compromiso de las instituciones en la protección del patrimonio.

La Cartuja no puede seguir siendo un símbolo de la dejadez institucional

La propiedad del conjunto está fragmentada entre el Ayuntamiento de Valldemossa, el Obispado de Mallorca y particulares, lo que dificulta una gestión coherente y eficaz.

Es urgente que las autoridades competentes actúen con celeridad y responsabilidad. La Cartuja no puede seguir siendo un símbolo de la dejadez institucional.

Si las instituciones no asumen su responsabilidad, la Cartuja de Valldemossa podría convertirse en otro ejemplo más de cómo la historia y el patrimonio arquitectónico se echan a perder.

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