Hace una semana les auguraba el fin del sanchismo hoy añado el final del armengolismo. Prefiere ser cola león a cabeza de ratón. Lo que hace la premier es huir de la quema y asegurarse una paguita suculenta (de nuestro dinero). Me gustaría que los políticos en lugar de exhibir la declaración de bienes, que me parece bien, tuviesen que enseñarnos su vida laboral, así sabríamos cuántos de ellos han sido unos paniaguados que no han trabajado fuera de la política.
El premier Sánchez tras una observación minuciosa de su ombligo convocó elecciones para julio, naturalmente sin contar con su partido, con los ciudadanos ni pensar en nadie, quizás su sanedrín más íntimo lo supo una vez tomada la decisión umbilical.
El PSOE, una vez ha pasado por su jefatura, la del camarada Sánchez Castejón ha quedado hecho un solar. Su soberbia se ha convertido en estalinismo y ha cortado cuanta cabeza asomaba desde la discrepancia, vamos que eso de la democracia interna y de la libertad de expresión no va con él, recuerda a los gerifaltes de los países que integraban el comecon, tras el telón de acero. Cuando se filtraba el resultado del correspondiente congreso del partido único comunista los resultados casi superaban el cien por cien. Tempus fugit.
Y ¿Qué pasa ahora? Pues pasa que tendrán que iniciar la travesía del desierto hasta llegar a la tierra prometida que en política no es otra cosa que los gobiernos; nada que no haya pasado ningún partido que ha perdido el poder, el PP mismo ha tenido que andar sobre la arena pero Sanchez lo ha puesto tan fácil que no es una travesía sino un simple paseo por la orilla del mar.
Sanchez ha sido el peor presidente en el peor momento, nos ha arruinado y basado su gobierno en la falsedad, la mentira, los juegos de trile y la grosería. Sanchez no es un hombre de estado, Sánchez no tiene vocación de servicio, Sánchez es un ególatra soberbio que sólo busca su bienestar personal, es lo peor que nos podía pasar en estos años de covid y crisis.
Han oído hablar del Capitán Schettino (el Almirante Hila seguro que no, por ignorancia y por diferencia de graduación entre ambos) pues bien el tal Schettino mientras el barco se hundía con la tripulación y pasaje a bordo él estaba seguro en tierra. Ya se sabe que cuando un barco se hunde los primeros en abandonar el barco son las ratas y los cobardes, no hay orden establecido, elijan Vds. pues bien en este pequeño país el PSIB se hunde y la primera en abandonar el barco es su capitán Armengol, cual Schettino se pone a salvo dejando a su tripulación ahogándose, algunos, quizás demasiados, sin oficio ni beneficio dependientes de la teta pública.
Si la señora Armengol se siente responsable de la derrota sufrida porque los ciudadanos no hemos aprobado su gestión lo que debe hacer es dimitir e irse casa ella que es de buena familia; lo que es una vergüenza es que se la premie con un escaño en el Congreso de los Diputados ganándose con ello, por si acaso, el pin del aforamiento, por si vienen las cosas mal dadas.
Quién sabe lo que pueden encontrar los nuevos gestores tras la caótica gestión de la pandemia y la compra de las mascarillas en China a través de una persona vinculada al PSOE. Citaré de nuevo un expresión judaica, con el dinero público se debe aplicar el ojo por ojo y diente por diente. Espero que los nuevos gestores auditen la gestión precedente, si es necesario con código penal en la mano y que la fiscalía anticorrupción tan beligerante con gobiernos de otro signo lo sea igual de riguroso por una cosa que se llama higiene democrática. Ayer empezó algo que pensaba no ver nunca, un juez de instrucción y un fiscal anticorrupción liderando el banquillo de los acusados. Eso nos iguala a todos.
Así como les doy mi opinión sobre quien es presidente en funciones y abandona a sus conmilitones para no pasar por la bancada de la oposición y le digan y recriminen como lo ha hecho ella estos últimos ocho años, debo alabar la actitud de Doña Catalina Cladera que ha anunciado que se queda en el Consell de Mallorca para liderar la oposición. Mi más sentida felicitación por su honradez y honorabilidad, ojalá existiesen más político de ese valor.
Ya saben cobardes o ratas, elijan Vds.