El artículo de ayer se titulaba la doble moral de Izquierda Unida y criticaba al líder de esta formación, Manuel Carmona, por pedir que UM esté fuera de las instituciones la próxima legislatura. Como he visto que el tema resulta apasionante para algunos lectores, seguiré con el asunto. Primero. Llamar comunista a Carmona, Grosske o Cámara no puede considerarse un insulto. Todos ellos, o al menos los dos últimos, han pertenecido al PCE. No sé si ahora forman parte de las filas comunistas, pero no creo que pueda interpretarse como una descalificación, a no ser que algunos no estén tan orgullosos de su pasado político. Segundo. Algunos lectores intentan dar a entender que mi artículo sobre Carmona puede interpretarse como una defensa de UM. Ni mucho menos es así. Los dirigentes de UM que paguen por sus errores, pero cuando lo dicte un juez, no a través de juicios populares o plebiscitos. La democracia establece los mecanismos para que la Justicia actúe con independencia y los políticos deben mantenerse al margen. Cardona intentó influir desde la política en la acción judicial. Tercero. UM es un partido democrático mientras no se demuestre lo contrario. Algunos de sus dirigentes pueden ser inhabilitados para un cargo público, pero la mayoría de los afiliados podrán presentarse a unas elecciones. Comparar a UM con Batasuna me parece, simplemente, un tic antidemocrático impropio de un líder político como Carmona. Cuarto. Las informaciones tienen que tener rigor y rigurosidad. Las opiniones son libres, algo difícil de entender, por lo que parece, para algunos lectores, que sí pueden expresarlas libremente en este digital. Otros medios censuran los comentarios. No es este el caso de mallorcadiario.com. Ni siquiera censuran los artículos que envío. Quinto. Insisto en la doble catadura moral de Izquierda Unida. Esta formación política ha podido tener áreas de poder en las dos de las tres últimas legislaturas gracias a pactos de gobierno con UM ya que las formaciones de izquierdas, en su conjunto, no tenían los votos necesarios. Munar fue elegida presidenta de Consell en 1999 gracias a Grosske, y lo mismo ocurrió en el Parlament en 2007 cuando la ex líder de UM logró la presidencia de la institución con los votos de Josefina Santiago, antigua dirigente de IU, un partido de escasa representación institucional. Sexto. Pese a los indicios de corrupción protagonizados por UM esta legislatura, Santiago volvió a votar para que otra dirigente uemita formase parte de la Mesa del Parlament. Lo más coherente, quizás, hubiese sido abstenerse, pero IU, como todos los diputados del Bloc y el PSOE, alcanzaron un acuerdo con UM en la Mesa. El PP se negó a pactar con los uemitas. Munar acababa de dimitir tras ser acusada por Nadal de pagar 300.000 euros para comprar una productora de televisión. Séptimo. No sé si Carmona tiene un cargo público remunerado en estos momentos, pero IU sigue en sus áreas de poder en las distintas instituciones sin ningún tipo de pudor pese a las claras evidencias de que en las pasadas elecciones se compraron votos que, al final, fueron decisivos para cambiar la configuración institucional. Si fuesen coherentes con sus ideas, IU estaría fuera de los gobiernos. IU tampoco ha pedido elecciones anticipadas por la inestabilidad institucional de los últimos meses y ha preferido gobernar en minoría junto al PSOE, otro ejemplo de doble catadura moral. Octavo. Lamento haberme metido con el look de Carmona. Un error imperdonable, aunque dudo que Carmona se disculpe con UM por haberles comparado con Batasuna.
