Puedo entender que durante la campaña electoral haya alguna salida de tono o se diga alguna que otra estupidez, pero una vez que se ha votado y hay un ganador claro, como en esta ocasión ha sido el Partido Popular, un político responsable desde la oposición tendría que hacer un mínimo de dos cosas: una autocrítica y tener un respeto a lo votado.
Empezar una nueva Campaña Electoral con crispación no va a favorecer los intereses de la izquierda, porque precisamente parte de su derrota se ha debido a eso, a querer tener ese enfrentamiento constante con el centro derecha, llegando estos días a hablar de derecha extrema o extrema derecha sin hacer ningún tipo de distinción, cuando es notorio el tipo de alianzas que les han mantenido en el poder, Bildu, Podemos y Esquerra a nivel nacional, o Podemos y Mes a nivel Balear.
No puede el todavía "alcalde en funciones" Sr. Hila hablar al día siguiente de que ha perdido las elecciones, cuando el futuro Alcalde Jaime Martínez Llabrés todavía no ha tomado la vara de mando del Ayuntamiento, haciendo declaraciones como "sólo vienen a destruir lo hecho" "la derecha todavía no ha tomado la vara de mando y ya anuncia recortes" y otras" lindeces", esto es simplemente volver a crispar a la sociedad, la cual se merece algo mejor, un mínimo de sosiego.
Esta nueva política ha pasado de los "100 días de cortesía" a intentar deslegitimar al ganador desde el minuto 1, lo que no se dan cuenta es que la gente ha sido muy consciente cuando votaba de lo que estaba votando, ha votado en Palma al no a la suciedad, el no a la inseguridad, el no a los okupas, el no a los atascos, el no a las mentiras sobre la vivienda, el no al abandono de los autónomos y pymes, el no a tener una Ciudad que ha dejado de ser amable y la mejor ciudad del Mundo para vivir en algo irreconocible, eso es Sr. Hila lo que exactamente han votado.
En el plano Autonómico, a la Sra. Armengol le han votado también no a la nefasta gestión del COVID, no a se los primeros en "autovacunarse", no a la desaparición arbitraría de los chiringuitos, no a la Mallorca colapsada, no a las inauguraciones "fantasmas" de Son Dureta o Son Busquets, no a no saber parar la turismofobia de sus socios de gobierno, no a listas de espera, etc.
Como ven no hace falta que los que han perdido piensen o busquen conspiraciones judeo-masónicas, o que le den la culpa a no explicarse bien o que los ciudadanos no tienen idea de lo que votan, con una autocrítica sincera les basta para entender la debacle que han tenido.
Tengo mis serias dudas de que si los líderes de la izquierda leen este artículo lo vayan a entender, porque simplemente se trata de dejar durante 5 minutos la ideología y razonar con datos empíricos y demostrables como los que he citado, pero si siguen tal y como han empezado esta nueva etapa, lo único que les puede pasar es que los resultados empeoren para ellos y si no recuerden la Ley de Murphy.
