La valentía es la determinación para enfrentarse a situaciones arriesgadas o difíciles. Estamos en una situación política/económica complicada, que ya empieza a desprender un tufillo a “crisis del 2007”pero esta vez con muchos más factores que sólo el financiero, el cual fue el detonante de esa anterior crisis.
De sobra sabemos lo qué está pasando y sus posibles consecuencias, pero esta vez tenemos una ventaja, una “triste ventaja” la experiencia de los que hemos sobrevivido a la anterior crisis, incluso en algunos casos pudimos tener casos de éxito en esos turbulentos años.
No te escapas de una crisis poniéndote de lado, ni recortando sólo gastos en el caso de los empresarios, porque probablemente al recortar los “supuestos” gastos te llevarás por delante las inversiones, totalmente necesarias para no hacer caer a tu empresa.
Ya he dicho que esta crisis tiene muchas diferencias con la anterior, pero si en algo se parecen es en sus posibles consecuencias, se llevará por delante, de hecho ya lo está haciendo otra vez a miles de pequeñas y medianas empresas, autónomos y sin duda a unas cuantas de las “Grandes” Empresas. Por eso es vital recordar que cosas hicimos bien en la anterior crisis y ver si son extrapolables a esta situación, añadiendo variables o trasladarlas tal cual, dependiendo del sector en dónde estamos trabajando.
Esta es una tarea para gente muy experimentada sean empresarios o directivos, los títulos servirán de muy poco comparado con la experiencia acumulada de los que hicieron un buen trabajo en el 2007 y sucesivos años. Las empresas no pueden actuar como los políticos, que actúan sólo de cara a la galería, sin querer hacer ningún cambio sustancial para mejorar de verdad y hacer un País más fuerte y resistente, las empresas tienen que acometer cambios de acorde a sus necesidades y a la de sus clientes, para ello se tienen que rodear de buenos equipos, si es posible de los mejores equipos, ya se que eso no suele ser barato, pero como ya he comentado a diferencia de lo que pasa con la clase política si estos fallan, a nivel económico no les pasa nada, como mucho no salen en las próximas elecciones y se van dos años al paro, pero en el caso de las empresas o directivos la cosa es mucho más cruda.
Ser valiente no es ser temerario, pero habrá que tomar decisiones porque todo está cambiando y a marchas aceleradas, reforzar las empresas añadiendo nuevos servicios, abriendo nuevos nichos de mercado no es un capricho, es una verdadera necesidad. Trasladar mensajes diferentes a los clientes, más creíbles y con trasparencia, es fundamental, de hecho el área de comunicación puede marcar la diferencia en el futuro de muchas empresas. El otro gran pilar será el reclutamiento de talento y la formación de las plantillas en modo 360º, ya no sirve sólo una formación específica del área en dónde trabajas, tienes que tener más conocimientos, porque todo está conectado.
En los departamentos comerciales la batalla no estará en sólo lograr resultados, sino como los logras, fidelizando a clientes, creando marca y manteniendo a una plantilla motivada y focalizada.
Todo esto no es fácil, el ser valiente en el mundo de la empresa no es un juego, es una decisión meditada y te tienes que ver capaz de realizarla, sino tendrás que delegar pero nunca dejar de hacer cosas y avanzar. El empresario o directivo valiente de hoy en día no será ensalzado probablemente todo lo contrario, será criticado y le pondrán una diana si consigue triunfar, pero esta es la profesión que ha escogido, por eso te tiene que gustar de verdad, porque no esperes mayor recompensa que la de aquellos pocos que de verdad te conocen, que saben valorar lo que logras y por supuesto y no menos importante, sentirte a gusto contigo mismo sabiendo que estás haciendo un buen trabajo.
