Por primera vez en mi vida he sido testigo de un hecho inaudito: me he encontrado con un enfermo perdido en plena Avenida Conde Sallent. Allí, caminando por la calle, para estupefacción de los transeúntes, un joven, de poco más de 20 años de edad, vestido con un camisón y una bata hospitalaria, unos patucos verdes casi destrozados y una bolsa del Hospital Son Espases, de esas en las que se guardan las pruebas y los informes médicos, deambulaba tan tranquilo. La escena me ha parecido tan surrealista que no he podido por menos que mirar a mi alrededor buscando una cámara oculta o visible. ¿Es una película? ¿Es una broma? ¿Es algún programa de televisión de esos que se dedican a grabar las reacciones de los ciudadanos ante situaciones irracionales? Lo ignoro, pero lo cierto es que no he podido ver nada que me indicase que estaba ante un montaje. El joven iba como si tal cosa, agarrando su bolsa y sin realizar ningún gesto que hiciese pensar que no se encontraba bien o que se trataba de algo preparado o, incluso, de una apuesta. Claro, que dado que apenas si eran las nueve de la mañana no parecía la hora adecuada para este tipo de actuaciones. La historia no me ha dejado indiferente, porque aquí sólo pueden suceder cosas, que sea verdadera, que se trate de un enfermo real y que por lo que sea haya decidido huir de Son Espases, porque si le han perdido la ropa, imagino que alguien podría haberle llevado otra de repuesto, o que todo sea una puesta en escena. La verdad, prefiero la segunda hipótesis, porque hasta tendría su gracia, mientras que la primera haría que nos planteásemos muchas preguntas, entre ellas por la falta de seguridad que existe en el hospital, ya que un enfermo se fuga, vestido de esa guisa, y nadie se entera, aunque, como dice muchas veces mi querida Doctora de Guardia, la realidad supera ampliamente a la ficción. Pero, ¿y si es un paciente psiquiátrico? ¿Herido? ¿Con una afección grave? Muchas preguntas y ninguna respuesta, porque me cuesta creer que si ha pedido el alta voluntaria y se la han dado, le hayan dejado salir a la calle vestido de esa guisa. Por tanto, y hasta que la situación se aclare, sigo preguntándome si el sistema de seguridad en Son Espases es todo lo efectivo que debería ser.
