La paradoja

El deporte individual balear le gana ampliamente al colectivo. Si miramos al fútbol, roza lo patético; el proyecto del Bahía San Agustín se estanca y el del Palma Futsal, el de mayor nivel, se centra en un deporte minoritario que despierta un interés muy puntual; en cuanto al volei y el recién nacido club emanado una vez más de los restos abandonados por Damiá Seguí, está por ver. Tal vez sea un reflejo de la propia sociedad, muy poco dada a favorecer planes pluripersonales.
No deja de llamar la atención que los medios designen redactores fijos a seguir la trayectoria de estos equipos, especialmente Mallorca y Atlético Baleares y nunca se hayan rendido a la evidencia de los éxitos de Jorge Lorenzo y, sobre todo, Rafa Nadal. Sin valorar ahora a los Mario Mola, David Bustos y otros deportistas solitarios.
El de Manacor afronta en estos momentos el Masters 1000 de Montreal. Las ausencias de Murray, Djokovic, Ciric y Wawrinka allanan su camino para recobrar el liderato del ranking de la ATP, algo que no debe obsesionarle como no preocupa a Roger Federer, su único rival temible en una todavía hipotética final.
Estamos hablando de atletas cuya proyección internacional coloca a Mallorca en el mapa del mundo, al contrario que nuestros máximos representantes futboleros más que futbolísticos. Partimos de la incongruencia de que probablemente Rafa no justifica por si mismo la organización de un gran evento turístico en Palma, que ya fracasó en plena gloria de Carlos Moyá, sin capacidad para reunir cinco mil almas, cuando en Son Moix se frotan las manos pensando en los siete mil que compartirán tribuna cubierta durante el campeonato en ciernes. ¡Tremenda paradoja!.
Suscríbase aquí gratis a nuestro boletín diario. Síganos en X, Facebook, Instagram y TikTok.
Toda la actualidad de Mallorca en mallorcadiario.com.

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más Noticias