El propietario de un restaurante de Mallorca decía que la crisis solo desaparecerá si los alemanes vuelven a invertir en las islas, si compran pisos o hacen inversiones. La economía alemana vuelve a estar disparada y precisamente Mallorca necesita ahora muchos inversores. Como hay miles y miles de casas sin vender, los alemanes pueden ser una buena opción, decía mi amigo restaurador, que espera incrementar sus ingresos este verano gracias al buen momento de la economía alemana. Afortunadamente, el tiempo pone las cosas en su sitio. Hace aproximadamente una década la polémica diaria era si los alemanes llegarían a comprar Mallorca. Incluso se dijo si la isla podría convertirse en un lander alemán. Tonterías. Nosotros, los muy tontos, pensábamos que los alemanes se inventarían algún aparato aéreo y se llevarían la isla al completo hasta otro punto de Europa. Las cosas son como son y Mallorca sigue en el mismo lugar, pero más pobre y con 100.000 parados y miles de viviendas sin compradores. Los alemanes pueden ser ahora la salvación, pero lo que está ocurriendo debería servirnos de experiencia. Los mallorquines tendemos a crear polémicas absurdas y el tiempo nos demuestra que no teníamos razón. Lamentablemente, ni con lo que está ocurriendo habremos aprendido la lección, pero deberíamos saber que vivimos en un lugar maravilloso y que somos la envidia de millones de europeos.





