Es habitual que en cada campaña electoral se hagan promesas que no se pueden cumplir y que se diga más de una tontería, pero de ahí, a prometer lo imposible media un abismo, o lo que es peor, que suponga una tomadura de pelo a los ciudadanos, que todavía los hay, aunque cada vez menos, que se creen lo que pone en los programas electorales. El presidente Antich, en un alarde de euforia, imagino que aconsejado por su conseller de Salut, Vicenç Thomàs, el mismo al que los médicos, afiliados o no al Sindicato Médico de Baleares, acusan de haber destruido la Atención Primaria, ha prometido que se podrá conseguir cita con el facultativo en 48 horas; es decir, que reconoce de forma implícita que ahora mismo es imposible que te atiendan en ese tiempo, que la puerta de entrada al sistema sanitario ya tiene lista de espera y que es necesario esperar más de dos días para que te vea tu médico de cabecera, o de familia, si se quiere. ¿Piensa retirar para ello el plan de austeridad que acaba con las sustituciones que no superen los cinco días? ¿Incrementar, como está firmado, al 25% el presupuesto de Primaria? ¿Aumentar el número de médicos?... Imagino, porque no lo he leído en ninguna parte, que esas 48 horas no se referirán a la atención especializada. Y lo digo, porque he visto que une ese periodo a la promesa de facilitar una segunda opinión médica, lo que me ha provocado serias dudas, porque, está claro, que para una gripe o un resfriado o una lumbalgia, por poner algunos ejemplos, no será necesario acudir a otro facultativo para saber si el diagnóstico coincide. Por tanto, espero, que Antich no cometa la estupidez, porque no se le puede llamar de otra manera, de prometer una cita con el especialista en 48 horas, porque si lo hace, o no sabe absolutamente nada de cómo está la sanidad balear o da por perdido el Govern, porque está claro que sería una promesa imposible de cumplir.





