Quien no esté en el mundo cripto no habrá oído hablar de Coinbase. Cabe decir que esta compañía se creó hace 9 años y hoy vale casi tanto como American Express o Goldman Sachs.
Se trata de un exchange o plataforma de compra y venta de criptomonedas que acaba de salir a Bolsa y ha alcanzado un valor cercano a 100 mil millones de dólares. En 2018 se había valorado en 8 mil millones. Tres años después vale 12 veces más. El hueco que cubre Coinbase es el que los bancos, por desconocimiento, no han querido cubrir.
Las criptomonedas y los bancos nunca se han llevado bien porque éstos no están acostumbrados a convivir con una disrupción en su modelo de negocio. Con la aparición de bitcoin vieron un enemigo, en lugar de ver un aliado que podría haber ayudado a mejorar sus maltrechas cuentas de resultados. El Banco de España no ayuda lanzando mensajes que abominan de bitcoin.
Coinbase ha cubierto ese nicho de mercado que no han querido los bancos. Y puede seguir metiendo la nariz en el negocio bancario tradicional. Tiene cash para ello. Ya han entrado en el mundo de las tarjetas de débito y crédito y van a ir a por más servicios típicamente bancarios. A pesar de su exitosa salida a Bolsa, resulta que Coinbase no es el exchange más grande sino Binance que, además de hacer lo que hace Coinbase, está creando un ecosistema que le va a hacer mucho más poderoso. En su diversificación, Binance ha entrado de lleno en el negocio de las plataformas para contratos inteligentes siendo una seria amenaza para Ethereum,
blockchain que alberga gran parte de proyectos sobre finanzas descentralizadas (amenaza directa para los bancos). Ethereum es lenta y cara y Binance soluciona ambos problemas para un ecosistema en pleno crecimiento. Si Coinbase vale 100 mil millones de dólares el valor de Binance es mucho mayor.
El fundador de Coinbase, Brian Armstrong, dice que la idea de crear este proyecto le vino cuando tuvo por primera vez en sus manos el whitepaper de bitcoin, allá por el año 2010. Fue cuando vio una oportunidad de negocio que hoy le ha hecho multimillonario. Lo paradójico es que el nacimiento de Coinbase se inspiró en una idea de la reniega. Eso es así desde el momento que dio de baja de su plataforma la única moneda que refleja lo que según el whitepaper es bitcoin.
Hace unos años, en una campaña orquestada por varios exchanges, Binance y Coinbase sacaron de su plataforma la moneda BSV (Bitcoin Satoshi Vision) que es el único proyecto que recoge con fidelidad lo que es bitcoin. La razón no fue técnica sino personal. Sí, como oyen.
Una compañía valorada en casi 100 mil millones de dólares toma decisiones en base a antipatías personales. A pesar de que el líder de BSV, Craig Wright, posee el copyright de la invención de bitcoin han sacado su moneda de su Exchange.
¿O quizá no fue una decisión solo personal sino también empresarial de carácter defensivo sabedor del poder que podría tener el poseedor del copywright? El dueño de Coinbase mantuvo en el pasado reuniones con el líder de BSV, autoproclamado inventor de bitcoin y pudo ver en él una amenaza. Tiene claro que la valoración de su empresa va vinculada al valor de bitcoin (BTC) y un golpe de efecto a la marca bitcoin arrebatándosela a BTC y otorgándose a BSV le haría mucho daño a la marca Coinbase que depende del primero y ni siquiera permite la compra y venta del segundo.
En alianza con otras compañías, Coinbase ha interpuesto una demanda contra Craig Wright para demostrar que no posee el copyright sobre bitcoin. La salida a Bolsa de este gigante va a traer más adeptos al mundo cripto que, según están demostrando sus cotizaciones históricas, son una buena opción para diversificar las inversiones personales de cada uno de ustedes con una parte del patrimonio que no se necesite. Los bancos no supieron ver el negocio. Algunos están cambiando de opinión y permitirán comercializar con criptomonedas o custodiarlas. Las ingentes comisiones que genera el negocio de esa compraventa podrían haber supuesto un gran alivio a sus maltrechas cuentas de resultados debido a diferenciales de interés casi nulos.
En lugar de eso, los bancos se afanan en cobrarnos comisiones por cualquier cosa. Incluso por no emplear la cuenta o sacar tu propio dinero. No estuvieron al quite y, como he dicho alguna vez, los bancos andan un poco despistados sobre cómo actuar con las criptomonedas. La buena noticia es que aún pueden subirse al carro. El espacio cripto está en una edad pueril y tiene un largo camino por delante. La blockchain no ha hecho más que empezar a cambiar los sectores tradicionales y los tokens de esos proyectos se comercializan en exchanges como Coinbase, generando grandes comisiones. La banca debería tomar nota y saber subir a la ola si
no quieren ser engullidos por ella.