El Consell de Govern aprobará en su próxima reunión el destino de los 105 millones de euros recaudados en concepto de ecotasa durante el presente ejercicio. Según acordó la Comisión de Impulso del Turismo Sostenible -con representación mayoritaria de las administraciones públicas-, lo recaudado permitirá financiar 68 proyectos, algunos de ellos relacionados directamente con la sostenibilidad del destino turístico, el mantenimiento del paisaje y el medio ambiente, pero muchos otros sin conexión alguna con el sentido del impuesto.
En el destino de los 105 millones recaudados mediante el Impuesto de Turismo Sostenible se incluyen proyectos como la prolongación del Metro de Palma hasta el Parc Bit, la construcción de viviendas de protección oficial o la reforma del Cine Augusta en Menorca. Otros importes se dirigen a investigación, recuperación del patrimonio o formación de personal. Se trata de un reparto que difícilmente encaja con la idea que se explica a los turistas, según la cual el pago de tres euros extras por turista y noche permite mejorar el impacto del turismo en el medio ambiente balear. Hacer escuelas, construir viviendas o mejorar la red de metro son actuaciones que difícilmente cuadran con la idea de proteger el medio ambiente por mucho que sean proyectos necesarios para nuestras islas.
Los fondos de la ecotasa deberían utilizarse para paliar los efectos del turismo y su "pisada" sobre nuestro medio ambiente. La lista de cuestiones pendientes que encajan de forma precisa en esta idea es larga; desde la depuración de aguas a la adecuación de las zonas turísticas maduras. El reparto acordado por la comisión confunde y no ayuda a comprender un impuesto que se implantó sin el consenso del sector. Más bien al contrario: hace pensar que se trata de una herramienta exclusivamente recaudatoria sin más objetivo que llenar la caja común de la administración para emplearla después en cualquier cosa.
Los proyectos seleccionados sin duda son buenos para Baleares, pero su materialización debería correr por cuenta de otros recursos. No es de recibo que una gestión insuficiente o la falta de un sistema justo de financiación autonómica -o de un REB como el prometido hace años para Baleares- se cubra con los fondos de un impuesto tan específico. Utilizar la recaudación de la ecotasa como cajón de sastre para pagar gasto corriente es hacer trampas y mentir a los turistas.