Los cauces lógicos de los pactos

A falta de muy pocos días para la investidura de los nuevos alcaldes y alcaldesas, las negociaciones para conformar los pactos de gobernabilidad en los ayuntamientos van siguiendo sus cauces respectivos. Y hay que decir, a fuer de ser sinceros, que se trata de unos cauces lógicos que vienen marcados por criterios como la proximidad ideológica y la confluencia de programas.

Por supuesto, cada municipio reúne sus propias claves internas en materia de consecución de acuerdos políticos, y no faltan los casos en que las conversaciones sobre futuras alianzas parecen haber encallado incluso entre grupos que parecían destinados, por afinidad y cercanía, a compartir tareas de gobierno. Así ocurre en Capdepera, donde Més está dispuesto a pactar con el PSIB pero siempre que el candidato a la investidura propuesto por los socialistas no sea el actual alcalde en funciones.

En otras latitudes, sin embargo, esa lógica de la proximidad a la que nos referíamos se va imponiendo frente a otras consideraciones. En Calvià y Alcúdia, PP y Vox han sellado sendos acuerdos de especial relevancia teniendo en cuenta la importancia demográfica y económica de estos ayuntamientos. En cambio, los populares se han decantado por otras opciones en corporaciones locales como Felanitx, Porreres y ses Salines, donde su socio de gobierno será El Pi-Proposta per les Illes.

Esta circunstancia demuestra el talante abierto que ha de presidir este tipo de pactos. El PP cuenta con la posibilidad de tejer alianzas estables con partidos situados en ese espectro político de centro, aunque también puede cerrar gobiernos con formaciones ubicadas a su derecha.

Eso mismo puede afirmarse en el caso del PSIB respecto a Més u otros hipotéticos socios. La cuestión trascendental es que estos pactos sirvan para propiciar legislaturas municipales estables en las que la acción de gobierno no se vea obstaculizada por aritméticas plenarias difícilmente sostenibles.

No olvidemos que, en el contexto de las votaciones para investir a un primer edil, de no existir un pacto previo que garantice una mayoría, es el candidato más votado quien asume la vara de mando. Ahora bien, no parece que un gobierno en minoría durante toda una legislatura sea la fórmula más adecuada para atender con efectividad y pragmatismo las necesidades de los ciudadanos.

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