Finalmente, este martes Antich y Carbonero se vieron con los delegados de banca en Baleares para pedirles que las entidades que representan financien 1200 viviendas de protección oficial. Como decíamos aquí mismo en un artículo previo, se trataba de una idea marciana, alucinante, fuera del mundo, irreal, propia de zombis. No hay que ser un lince para saber que la banca tiene más que hacer que prestarse a estas bobadas. Pero me equivoqué en una cosa: imaginaba que los representantes de las entidades financieras no iban a perder el tiempo en explicarle a estos extraterrestres (Antich y Carbonero) de qué va el mundo terrenal, que se limitarían a decirles que sí, para no hacer nada, algo muy habitual en este mundo de los humanos. Pero no, han tenido a bien perder su tiempo en explicar lo que todos sabemos: que no van a poner un duro, que bastantes problemas tienen ellos como para, encima, meterse en este proyecto estúpido de viviendas de protección oficial que no se le ocurre ni al que asó la manteca. Por eso, la reunión acabó con Carbonero admitiendo que estas promociones tendrán "muchas dificultades" para su financiación. "Si hay alguna entidad que nos ayude, extraordinario", dijo. Y, de paso, los bancos casi les venden algunas de las múltiples viviendas que tienen para colocar y que nadie tiene dinero para pagar. Aquí en este país pasa algo muy grave cuando un presidente y un conseller saben menos que un servidor de cómo están las cosas, de qué se cuece. Ellos, supuestamente, deberían tener información de primera mano. Pero, o bien no hay neuronas (con perdón por el plural) o bien están en otro mundo.





