Me dicen que no escriba de política, que no entiendo, que sólo me voy a meter en líos. Y yo hago caso. Pero todo, incluso mis minucias, terminan siendo política. Y eso que no quiero meterme, que no soy correcto y puedo hacer un destrozo. Ustedes verán: hace un año, el Govern cortó el carril izquierda de la carretera de Valldemossa, en sentido hacia Palma, para construir el puente sobre el Camí dels Reis. Varios meses después de este corte, a alguien se le encendió la lucecita y utilizó el panel electrónico que está en la carretera, poco después de la Universidad, para avisar de que a dos kilómetros había un estrechamiento. Más vale tarde que nunca. En diciembre, como todo el mundo sabe, quedó abierto el puente y, por lo tanto, el carril izquierdo de la carretera vuelve a estar abierto. Un mes después, nuestro fantástico equipo de gestores, aún mantiene encendido el cartel electrónico que dice que el carril izquierdo está cortado por obras. Oigan, que yo no quiero hacer política, pero, humildemente digo, si han gastado un dineral en un cartel electrónico que permite controlar el tráfico en tiempo real ¿cómo es que un mes después el sistema y sus gestores no han detectado que la información es errónea? ¿Los gestores son los mismos que los que recogen la basura? ¿Los equipos los compramos a los proveedores del Palma Arena? ¿Pero es que hay algo que funcione bien aquí?





