La entrevista publicada este sábado al presidente de Afedeco, Rafa Ballester, revela algunos detalles sobre los que merece la pena reflexionar. En primer lugar, la tendencia del sector comercial al máximo intervencionismo, ya sea en el asunto de las rebajas o de la compra por internet. Se pretende que se regule la compra online, regulación que ya existe con la Ley 34/2002, de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico, en lugar de dedicar los máximos esfuerzos en la adaptación del pequeño y mediano comercio a la venta por internet, donde Ballester reconoce que el pequeño comercio aún está muy verde. A menudo da la sensación de que los comerciantes sean incapaces de adaptarse al ritmo que sus clientes y ante esta incapacidad optan por presionar para que se regule del modo que a ellos les conviene, y no como están demandando los consumidores. Poner puertas al campo es un ejercicio bastante inútil.
Otro aspecto es la defensa que el presidente de Afedeco hace del alquiler turístico en términos de posibilidad de negocio, pero obviando la cantidad de aspectos negativos que la generalización de esta oferta y sobre todo la proliferación del alquiler turístico irregular en pisos, acarrea en la sociedad. La escasez de vivienda de alquiler a precio razonable y los problemas de convivencia son algunos de ellos.
El tercer punto sería la asunción de la necesidad de convivir entre el pequeño y mediano comercio y las grandes superficies. El discurso de Ballester en este controvertido asunto es positivo y de gran sentido común, porque es una obviedad que hay consumidores que prefieren recurrir a los grandes centros comerciales, pero que también los hay -y cada vez más- que optan por el comercio de proximidad.





