La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) realiza un ranking anual de los servicios de salud de las CCAA. El puesto que ocupa la comunidad balear es el antepenúltimo; si, el tercero por la cola. Hemos perdido 8 puestos desde el año 2010, hasta colocarnos en el decimoquinto lugar. El abanico de criterios evaluados incluye indicadores sobre recursos disponibles, resultados asistenciales y recoge las encuestas de opinión de los ciudadanos. Son objetivos y se repiten anualmente para permitir la comparación. Las principales críticas vertidas sobre la metodología del estudio se relacionan con el definido como sesgo de orientación. Se atribuye a la FADSP una significativa carga ideológica. Algunos relacionan directamente sus planteamientos con las formaciones sociales y políticas de izquierdas. Sin embargo, es justo reconocer que el estudio es transparente y la cuantificación objetiva de las valoraciones da solvencia a las conclusiones y a las tendencias que derivan de su análisis. El primer aspecto preocupante radica en la dificultad para encontrar datos homogéneos correspondientes a las distintas CCAA. También es muy variable la periodicidad de las publicaciones. Ambos aspectos son básicos para el diagnóstico de situación. Sin un diagnóstico acertado es poco probable la aplicación de un tratamiento correcto. Me recuerda el axioma que afirma que al político le molesta la información porque dificulta la discrecionalidad en la toma de decisiones. En segundo lugar, llama la atención la ausencia de autocrítica. Ninguna empresa, organización o institución tiene capacidad real de mejora si no mide, evalúa, compara, establece objetivos y valora su cumplimiento. ¿El lugar que ocupamos en el ranking estará relacionado con la ausencia de objetivos de salud? ¿Son unos resultados previsibles si atendemos a la opinión, bastante generalizada, que la política sanitaria del primer tramo de legislatura ha sido nefasta? Es posible. En realidad, la precariedad y los recortes han sido compañeros de viaje de la mayoría de comunidades que nos han superado. Cuando miramos hacia el futuro, es lógico preguntarse si estamos reconduciendo la situación con determinación, con los mejores perfiles y con los mejores instrumentos. Demasiados interrogantes para contestarlos de una forma agregada, precisa y sin provocar empachos. La gestión eficiente y las empresas del conocimiento responden con torpeza a la política del decreto ley. Que disfruten de un buen fin de semana.





