El suicidio de una alumna colombiana de trece años del colegio Madre Alberta ha sobrecogido a la opinión pública. La Policía y la Conselleria d'Educació indagan los hechos. La niña dejó escrita una carta de despedida antes de lanzarse al vacío. Es necesario llegar hasta el fondo de lo que ha pasado para tranquilizar al conjunto de la sociedad en general y la comunidad educativa en particular. Además, al tratarse Madre Alberta de un centro concertado, es decir, con una importantísima aportación de fondos públicos, es imprescindible que haya luz y taquígrafos una vez concluidas estas indagaciones.
El hecho de que la niña proceda de una familia inmigrante añade más interés público a tan dolorosa situación. Los ratios de inmigrantes en los colegios concertados son por lo general muy reducidos, de alrededor del dos o el tres por ciento del conjunto del alumnado, Con ratios tan pequeños, el sentido común dicta que estos niños han de tener más problemas a la hora de la integración. Convendría que las autoridades de la Conselleria examinasen como funcionan estos procesos en los centros concertados como medida preventiva, comenzando lógicamente por Madre Alberta.También si son suficientes las actuales ayudas públicas en materia de integración.
Todavía es pronto para hacer valoraciones. Hay que dejar margen de actuación y de reflexión a los investigadores. También falta conocer el contenido de la carta que dejó la niña. Pero, en todo caso, lo que ha pasado es sobrecogedor. Y lo más importante es conseguir que no vuelva a repetirse.





